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Doble juego de China en el conflicto de Sudán del Sur
El gigante asiático cambia petróleo por armas que acaban en manos de los rebeldes de Sudán del Sur

La organización británica Conflict Armament Research, dedicada al estudio sobre tráfico y comercio de armamento, documentó el pasado mes de mayo la captura de 1.300 cajas de munición por parte del ejército de Sudán del Sur a sus rivales del SPLA, los militares rebeldes con quienes se estan enfrentando en una sangrienta guerra civil. Las cajas tenían las etiquetas borradas para ocultar su origen, pero se pudo comprobar que procedían de China y que formaban parte de una remesa adquirida en 2014 por el Ejército de Sudán, que había sido desviada al SPLA, de Sudán del Sur.

El descubrimiento pone de relieve la complicada relación de China con ambos países. China es aliada desde hace tiempo de Sudán, pero apoyó la reciente independencia de Sudán del Sur, donde tiene grandes inversiones en petróleo. También pone de manifiesto que el gobierno de Sudán está apoyando a los rebeldes de Sudán del Sur, a pesar de que se habían comprometido con la paz, incluso aportando tropas a la fuerza de Paz de la Unión Africana.
Para algunos observadores y expertos es la demostración de que Sudán quiere asegurarse influencia en el nuevo país, fundado hace apenas cinco años. China, por su parte, guarda silencio sobre el descubrimiento de material bélico en manos de los rebeldes de Sudán del Sur, donde incluso cuentan con una misión de paz de 1.059 soldados.
Guerras fronterizas
Sudán del Sur declaró su independencia de Sudán en 2011 después de décadas de guerra civil. En ese período China vendió armas al gobierno, contrario a la independencia y la empresa estatal china de petróleo (China National Petroleum Corp) hizo grandes inversiones en el país. La frontera resultante tras la independencia dejó a Sudán del Sur tres cuartas partes de las reservas petrolíferas, mientras que las instalaciones de procesamiento y los oleoductos que llevan el crudo a los puertos quedaron en Sudán.
China se encontró entonces que debía tratar con ambos países. Desde la independencia se han producido numerosos choques fronterizos, pero la situación se complicó con el estallido de la guerra civil en Sudán del Sur, el nuevo país, provocada sobre todo por diferencias étnicas: dinkas (etnia del presidente) contra nuer (la etnia del líder de SPLA).
Hace apenas un mes, después de un breve período de paz, estallaron los combates en Juba, en los que murieron dos cascos azules chinos, además de decenas de civiles y de contendientes.
El hallazgo de armas de origen chino, que fueron vendidas inicialmente al gobierno de Sudán, en manos de los rebeldes de Sudán del Sur, está complicando la situación. En 2014, China vendió armas a los dos países y esas armas están ahora en manos de tres ejércitos: el gobierno de Sudán, el gobierno de Sudán del Sur, y los rebeldes de Sudán del Sur. Para los observadores y expertos, o bien China no es capaz de controlar las ventas de armas de sus compañías fabricantes, o no tiene ningún interés en hacerlo. China, además, es un buen socio de Sudán, mientras que Estadoa Unidos, por ejemplo, mantiene sanciones económicas sobre el país desde hace dos décadas.
Al tiempo, Sudán ha obstaculizado los esfuerzos africanos por lograr la paz en Sudán del Sur. Uganda, por ejemplo, proporcionó ayuda militar al gobierno de Sudán del Sur cuando estalló la guerra, pero Sudán apoyó a la otra facción.
De momento la situación es complicada y se ve difícil la salida, sobre todo con tantos intereses jugando en el tablero.
Elaborado a partir de informaciones publicadas por IRIN

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