Mali: Las agencias debaten si deben negociar con los rebeldes para acceder a la población necesitada en el norte del país
Las agencias de ayuda que están trabajando en Malí se están planteando si se debe negociar y cómo hacerlo, con los grupos rebeldes que controlan el país, como el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) y Dine Ansar, cercano a Al Qaeda, para llegar a las personas necesitadas.
Antes de los avances rebeldes en marzo de este año, el norte de Malí ya era una zona inestable e insegura, con secuestros y asaltos. Muchas de las agencias habían sacado de país a todo su personal no local. Y el Programa Mundial de Alimentos han estado, durante años, utilizando a empresas privadas para entregar la ayuda.
Cuando los grupos rebeldes lograron tomar el poder en el norte a principios de abril de 2012, las operaciones de las agencias de ayuda se hicieron más complicadas, sobre todo después de los saqueos masivos de sus almacenes y oficinas.
Ahora, las agencias deben decidir con rapidez la estrategia a seguir para poder socorrer a más de 75.000 personas desplazadas en el norte de país y a varios miles más que se enfrentan a la escasez de alimentos por culpa de las malas cosechas, la falta de pastos para el ganado y los altos precios de los alimentos.
Algunas agencias y ONG, como la Cruz Roja de Malí o Médicos del Mundo, ya han mantenido algunos contactos para hacer llegar los convoyes de ayuda sin que éstos sean detenidos o asaltados, pero manteniendo su independencia en la forma de trabajar. Médicos del Mundo lleva mucho tiempo en la región, por lo que de momento están teniendo éxito en el desarrollo de su trabajo.
Escoltas armadas
Una de las áreas de la discordia es la utilización de escoltas armadas. Las agencias humanitarias en general, evitan el uso de escoltas armadas o de protección armada para sus almacenes y otros bienes, a fin de evitar la afiliación a uno u otro bando en un conflicto. Mientras que algunas organizaciones, como Médicos del Mundo, nunca los utilizan, otros, como el PMA, sólo lo harán en circunstancias extremas. También hay algunas organizaciones locales que sí los utilizan, incluso aceptando condiciones para la distribución de la ayuda, como la organización Cri du Coeur.
En Tombuctú la comida y los medicamentos enviados allí se distribuyen bajo la estrecha supervisión de Ansar Dine, con la justificación de que es mejor aceptar esa ayuda para alcanzar a la población que no hacerlo y dejar a la población local sin ayuda.
Esta opción es criticada por muchas organizaciones, ya que significa contribuir a una economía de guerra ya que estos grupos no prestan ayuda de forma desinteresada.
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