Desde el comienzo de las operaciones militares dirigidas desde hace seis meses a tomar Mosul (Irak) casi medio millón de personas han abandonado la ciudad, según datos de Naciones Unidas, que estima que hasta 500.000 personas permanecen en distritos controlados por ISIL en el oeste de Mosul, incluyendo 400.000 en la ciudad vieja, densamente poblada. Las organizaciones humanitarias están trabajando para ampliar los campamentos en previsión que varios cientos de miles más abandonen la ciudad en las próximas semanas.
La crisis provocada por los combates ha puesto a prueba la capacidad operativa de Naciones Unidas y de las organizaciones que trabajan en la zona. Hasta el momento, casi dos millones de personas han recibido asistencia urgente: comida, agua, refugio, kits de emergencia, apoyo médico y servicios psicosociales.
Sin embargo, las organizaciones en la zona creen que lo peor aún no ha llegado, ya que el asalto a la ciudad vieja aún no ha comenzado. La situación allí es dramática para decenas de miles de personas, que carecen de medicinas, alimentos, o agua potable, y están sufriendo además el impacto directo de los combates: bombardeos, fusilamientos, etc. Por esta razón las organizaciones humanitarias han reiterado la necesidad de respetar el derecho internacional humanitario para preservar las vidas de los civiles.