En 2018 se supo que trabajadores de varias ONG habían abusado sexualmente de mujeres y niñas en los países en los que trabajaban. La historia se repite en Congo
Héctor Alonso
Según una investigación publicada por The New Humanitarian, cincuenta y una mujeres de la República Democrática del Congo (RDC) habrían sido víctimas de abusos sexuales por parte de trabajadores de varias ONG y de la OMS, UNICEF y la Organización Internacional de las Migraciones. En la investigación se recoge el testimonio de las mujeres y de trabajadores locales -conductores-, que han corroborado las acusaciones. Los abusos se habrían cometido durante los proyectos desarrollados en la RDC contra el ébola entre 2018 y 2020. De nuevo se reproduce el escándalo de 2018, cuando se conoció que trabajadores de las ONG más importantes habían abusado sexualmente de mujeres en los proyectos en los que trabajaban y se había mantenido silencio sobre estos hechos. En aquella ocasión se supo que muchas ONG habían despedido trabajadores «por conducta sexual inapropiada o abusos» pero lo habían ocultado. Algunas de las ONG implicadas entonces vuelven a estarlo de nuevo.
Según esta nueva denuncia las mujeres -cocineras, limpiadoras, o trabajadoras comunitarias- fueron obligadas a mantener relaciones sexuales a cambio de trabajo o para evitar ser despedidas. Las mujeres aseguran que los implicados trabajaban o decían trabajar en Médicos Sin Fronteras, World Vision, UNICEF, ALIMA y la Organización Mundial de la Salud. Algunos trabajadores de Oxfam y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) también podrían estar implicados. Dos de estas mujeres quedaron embarazadas.
La OMS ha asegurado que va a investigar las denuncias y ha alentado a las mujeres que hayan podido ser víctimas de abusos que lo denuncien. Médicos Sin Fronteras y World Vision han asegurado que investigarán en profundidad las acusaciones. UNICEF tiene informes que involucrarían a dos organizaciones con las que trabajan en el terreno, pero se tratan de casos diferentes. Los implicados son de Bélgica, Burkina Faso, Canadá, Francia, Guinea y Costa de Marfil.
Según las mujeres la práctica estaba tan extendida que en el informe dicen que era la única manera de encontrar empleo. Los lugares donde se llevaban a cabo los abusos son los hoteles donde estaban las oficinas de la ONU y las ONG y los implicados trabajaban como sanitarios o administradores, y usaban a los conductores para trasladar a las mujeres a los hoteles, oficinas o viviendas. Algunos de estos conductores habrían corroborado las acusaciones. Los testimonios también hablan de abusos sobre hombres jóvenes o pagos para que chicos buscaran mujeres.
Los abusos vienen de antes
En 2018 la Fundación Thomson Reuters ya publicó un informe demoledor sobre abusos similares cometidos por empleados de varias ONG en otros países que llevó al gobierno británico a amenazar a las organizaciones con sede en el Reino Unido con quedar excluidas de la asignación de fondos públicos si no ponían fin a esas prácticas y no daban explicaciones sobre lo ocurrido.
En Actualidad Humanitaria publicamos una serie de artículos en los que explicábamos este asunto y la reacción de las ONG implicadas. La mayoría de las grandes ONG internacionales se comprometieron a investigar lo sucedido, despedir a los trabajadores y elaborar protocolos para evitar que algo así volviera a suceder. Otras no dieron explicaciones. Y hasta lo que se sabe, ningún trabajador respondió penalmente por estos hechos.
Desde 2017
El escándalo se inició en febrero de 2018, a raíz de la publicación de una encuesta realizada en 2017 en el Reino Unido sobre abusos en el ámbito del trabajo. Entonces dos de las organizaciones más importantes de ayuda humanitaria, Oxfam y Save the Children -ambas con la sede central en Londres- reconocieron que sólo en 2017 habían despedido a 38 empleados destinados en Haití por mala conducta sexual mientras trabajaban en proyectos relacionados con la reconstrucción tras el terremoto. La Fundación Thomson Reuters había enviado el cuestionario en diciembre. Tras el escándalo provocado por el informe otras organizaciones accedieron a responder: Médicos Sin Fronteras (MSF), que reconoció haber despedido a 20 personas en 2017 por abuso sexual o acoso, y otras diez personas en 2016, y el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), que reconoció haber investigado en 2017 trece casos de acoso sexual, aunque no revelaron el número de despidos.
World Vision fue la siguiente organización en contestar: diez incidentes de abusos sexuales y explotación de menores en 2016, así como cuatro casos de acoso sexual en el lugar de trabajo, pero tampoco comunicó cuántas personas habían sido despedidas por estos hechos.
Mercy Corps, una organización americana, reconoció haber investigado once casos de mala conducta sexual, investigación que se saldó con cinco despidos en 2017, y Plan Internacional informó de que un empleado y cinco voluntarios habían sido despedidos en 2016 y 2017 por abusos sexuales a menores.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) no contestó en aquel momento por “no disponer de datos y estar investigándolo”, CARE International, contestó a los medios que no informaba sobre acoso o abuso sexual y la organización International Rescue Committee se negó a responder a ninguna pregunta.
Tras las nuevas acusaciones, de nuevo aparecen los nombres de Oxfam, Médicos Sin Fronteras y World Vision, que a raíz del escándalo de 2018 habían elaborado protocolos para evitar estos abusos. Seguramente en los próximos días responderán al informe.
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