«Moria 2.0» es como lo llaman los residentes, alojados en pésimas condiciones, según las ONG
«Peor que Moria», o «Moria 2.0» es como los más de 8.000 refugiados y solicitantes de asilo definen a las nuevas instalaciones en las que han sido alojados tras el incendio del campo de Moria (Lesbos) tras el incendio que lo destruyó.
Según el Consejo Griego para los Refugiados o la ONG Oxfam, las condiciones en las que viven los refugiados son «pésimas», incluso peores que las de las antiguas instalaciones: apenas hay acceso a agua corriente y no hay gestión ni tratamiento de las aguas residuales. Las instalaciones sanitarias son insuficientes y los alojamientos -tiendas de campaña, sobre todo- inadecuadas. Al faltar agua corriente e instalaciones muchos de sus habitantes tienen que lavarse en el mar, lo que aumenta innecesariamente el riesgo de ahogarse.
La mayoría de las personas que han sido alojadas en estas tiendas de campaña son familias, muchas con niños. Las lluvias ya han provocado inundaciones y muchas de las tiendas están muy cerca del mar, expuestas a la humedad y el viento, en una instalación que fue un antiguo campo de tiro militar, que tuvo que ser barrido en busca de minas o granadas sin detonar.
Otra dificultad a la que se enfrentan sus moradores es la escasez de alimentos: según Oxfam los suministros son limitados y en un informe anterior de otras ONG se denunciaba que los refugiados y solicitantes solo recibían alimentos una vez al día. Las mujeres y niñas, además, sufren más riesgo de agresiones por la falta de baños y de iluminación en el campamento.
También hay deficiencias para protegerse frente a la COVID-19.
Todas estas carencias han provocado que Oxfam y el Consejo Griego para los Refugiados, que han calificado las instalaciones como «miserables» e «indigentes», hayan pedido la reubicación de las más de 8.000 personas que ahora viven allí, preferentemente fuera de Lesbos, en el continente y en otros países europeos.