Pakistan: infanticidio
El asesinato de los niños, especialmente niñas, de familias en situación de pobreza, parece que está aumentando alarmantemente en Pakistán. Hace apenas dos meses en un pueblo de provincia de Punjab, los padres de una niña de dos días de edad ahogaron a su hija y enterraron el cuerpo durante la noche en el campo. La madre llora a menudo y dice que todavía tiene pesadillas. Los padres ya tenían otras dos hijas y decían que no podían permitirse criar a otra niña. El padre, obrero, gana apenas 4.000 rupias al mes (menos de 40 euros) y sólo comen una vez al día.
Las niñas son tradicionalmente consideradas una carga para las familias, ya que las costumbres obligan a gastar grandes sumas de dinero en sus bodas. Hay mucha gente en Pakistán que cree que las niñas no hacen ninguna contribución económica a las familias, que son sólo una fuente de gastos. El pasado año se encontraron 1.210 cadáveres de bebés muertos, una cifra superior a los 999 cadáveres encontrados en 2009. La Fundación está intentando que las familias sin recursos opten por entregar a los bebés a los orfanatos, en vez de matarlos. De momento sólo se recogen 200 niños al año abandonados, frente a los más de 1.200 asesinados.
Puesto que los niños nacidos fuera del matrimonio en esta sociedad conservadora están en mayor riesgo de infanticidio, la Fundación fomenta la colocación de esos niños, con cargo a padres adoptivos.
No hay estadísticas precisas
La Fundación también recoge sus datos principalmente de las grandes ciudades. No se sabe cuántos infanticidios tienen lugar en las zonas rurales o regiones en las zonas tribales y en las provincias de Baluchistán y Sindh, donde las cifras oficiales muestran que la pobreza es mayor.
El ginecólogo Faiqa Siddiq cuenta que son muchas las mujeres embarazadas que llegan a su consulta de beneficencia llorando porque sus maridos o parientes políticos les han dicho que el bebé tiene que morir en cuanto nazca. Este ginecólogo dice que poco puede hacer en un país en el que el aborto está prohibido y los métodos de control de la natalidad, por razones culturales, apenas se usan. “Las madres se desea salvar a los niños, pero se ven atrapadas por la situación económica de la familia.
De acuerdo con datos proporcionados por la Administración pakistaní, los precios de los alimentos no perecederos aumentaron un 11,83% durante el pasado año. Otros alimentos aumentaron mucho más: los tomates un 42%, las especias el 36,3%, la fruta fresca casi el 30%, la leche más del 20%. La carne, las bebidas, los productos lácteos o los frutos secos también registraron subidas en torno a esos porcentajes. Hay muchas familias que subsisten apenas con una comida de pan y algún encurtido al día.
Traducido por ActualidadHumanitaria.com
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