Los intensos combates en la sitiada Ghouta oriental se han cobrado miles de vidas en los últimos meses, según denunció el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, que invitó a las partes a cumplir el alto el fuego y permitir la llegada de ayuda humanitaria.
Desde que se firmó el alto el fuego el pasado 24 de febrero han muerto más de 1.700 personas en Ghouta oriental, y también se han reportado muertes por disparos de proyectiles desde Ghouta a Damasco.
Durante este periodo más de 52.000 personas han buscado refugio en ocho campamentos en las afueras de Damasco, en condiciones poco adecuadas: hacinamiento y acceso limitado a comida y asistencia médica.
Naciones Unidas ha pedido que se garantice el acceso a la población de Ghouta, y los equipos de la ONU y las agencias humanitarias están preparados para proporcionar ayuda inmediata a 16.500 personas en cuanto el gobierno sirio lo permita.
Respecto de los combates en el distrito de Afrin, se calcula que más de 180.000 personas han huido de sus hogares, la mayoría de ellas buscando refugio en Tal Refaat, una zona de difícil acceso a la que están tratando de llegar los convoyes humanitarios. Tan sólo unos cuantos han logrado entregar ayuda para 137.000 personas, pero no es suficiente para atender las necesidades de los desplazados.
