Casi la mitad de los 56 millones de abortos que se llevan a cabo en todo el mundo cada año son inseguros, lo que provoca la muerte de al menos 22.800 mujeres cada año
La prohibición del aborto en muchos países no sólo no los impiden, sino que empuja a muchas mujeres a acudir a abortos clandestinos, lo que incrementa el riesgo para la vida de las mujeres, según un estudio publicado por el Instituto Guttmacher.
Casi la mitad de los 56 millones de abortos que se llevan a cabo en todo el mundo cada año son inseguros, lo que provoca la muerte de al menos 22.800 mujeres cada año, según este estudio recién presentado.
Las prohibiciones de aborto no impiden que las mujeres interrumpan su embarazo, pero sí aumentan el riesgo de que recurran a medidas peligrosas para terminar con embarazos no deseados, dijo el Instituto Guttmacher en el informe más completo sobre tendencias mundiales del aborto en una década.
Y aunque las tasas de aborto han disminuido notablemente en las regiones desarrolladas en los últimos 25 años, no ha habido cambios notables en los países en desarrollo.
Un factor importante es la falta de acceso a métodos anticonceptivos en muchas regiones del mundo, lo que resulta en altas tasas de embarazos no deseados, según el estudio.
«La mayoría de las mujeres que abortan lo hacen porque no tenían el deseo de quedar embarazadas», dice el informe. «Cumplir con la necesidad de anticoncepción es fundamental para reducir aún más las tasas».
La tasa de aborto en los países donde las interrupciones están prohibidas en gran medida o totalmente es casi la misma que en los países sin restricciones, según los datos publicados por el instituto.
Encontró que la tasa anual más alta de aborto es en el Caribe, estimada en 59 por cada 1.000 mujeres en edad reproductiva; el más bajo está en Europa occidental con 16 por cada 1.000 mujeres.
Entre los años 2000 y 2017, 33 países, incluidos Nepal, Uruguay, Níger y Etiopía, modificaron sus legislaciones para facilitar la interrupción del embarazo. Nicaragua fue el único país que endureció su ley.
Pero los autores advirtieron que algunos países con leyes ampliamente liberales tenían restricciones adicionales que erosionaban el acceso al aborto, incluidos Estados Unidos, Rusia, Hungría y Letonia.
Dos quintas partes de las mujeres aún viven en países donde el aborto está prohibido o altamente restringido, según el informe. Sin embargo, el mayor uso del misoprostol, un medicamento que induce el aborto, ha mejorado la seguridad.
Las proyecciones sugieren que las muertes por abortos inseguros disminuirían en dos tercios en las regiones en desarrollo si las mujeres usaran misoprostol en lugar de recurrir a procedimientos más arriesgados. Así lo ha hecho Uruguay, por ejemplo, que proporciona información sobre el misoprostol.
El informe instó a los gobiernos a garantizar que las mujeres tengan acceso a los servicios de anticoncepción, para facilitar las leyes sobre el aborto y para ampliar el acceso a los servicios de aborto y la atención post intervención.
También pidió esfuerzos para combatir el estigma en torno al aborto, que lleva a muchas mujeres, incluso en países donde el aborto es legal, a buscar salidas clandestinas y retrasar el tratamiento por complicaciones.