La presencia de tropas de Myanmar en la frontera con Bangladesh, donde se concentran los refugiados, preocupa a ACNUR y provoca la protesta de Bangladesh
El gobierno de Bangladesh convocó ayer al embajador de Myanmar para pedirle explicaciones por la creciente presencia de tropas de Myanmar en la frontera, cerca de donde están establecidos decenas de miles de refugiados de la etnia rohingya que se vieron obligados a huir de Myanmar. Esta presencia militar alarma también a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, que ha expresado su preocupación por la posibilidad de que en esa tierra de nadie los refugiados sean “expulsados a la fuerza”.
La zona en la que se han distribuido las tropas es una franja en torno a un río que separa ambos países, y donde miles de personas permanecen acampadas entre la alambrada que marca la frontera de Myanmar y el río que separa de facto ambos países. Se trata de una franja considerada como «tierra de nadie». Los refugiados están al otro lado de la alambrada, pero no han llegado a cruzar el río. ACNUR teme que sean obligados a marchar hacia Bangladesh a la fuerza, sin ningún tipo de garantía ni control por parte de observadores ni organizaciones humanitarias.
Casi 700.000 rohingya huyeron desde el pasado mes de agosto de Myanmar y buscaron refugio en el país vecino de Bangladesh tras una ofensiva militar calificada por la ONU como “limpieza étnica”, tras comprobar los incendios de las aldeas y los ataques contra la población civil.
Cerca de 5.300 personas se habían quedado en un campamento improvisado en la línea fronteriza desde finales de agosto, pero aproximadamente la mitad se mudaron a los campos dentro de Bangladesh cuando se empezó a hablar de la posibilidad de ser repatriados.
El 1 de marzo cerca de 200 soldados armados y policías de Myanmar llegaron a la valla fronteriza, armados con material pesado, incluidos morteros, según las autoridades de Bangladesh. Un líder comunitario rohingya aseguró que los soldados usaron megáfonos para exigirles que se marcharan y posteriormente hicieron disparos intimidatorios.
Protesta de Bangladesh
Estos movimientos de tropas tan cerca de la frontera viola las normas internacionales, según Bangladesh, cuyo gobierno ha enviado una nota de protesta y ha solicitado una reunión de los oficiales fronterizos. La protesta, que incluyó la llamada a consultas del embajador de Myanmar, ha tenido como primer resultado la retirada del armamento pesado de las tropas birmanas (ametralladoras y morteros).
En Dhaka, el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que el Secretario de Relaciones Exteriores interino Khurshed Alam había pedido al embajador de Myanmar Lwin Oo que se asegure de que las fuerzas de seguridad se retiran de la frontera, ya que su presencia sólo crea tensión. Asimismo, esa presencia militar entorpecería el programa de repatriación voluntaria de los refugiados.
Por su parte, desde Myanmar se aseguró que los dos países se estaban coordinando para patrullar la frontera, y que los movimientos de tropas se debían a problemas de seguridad «por la presencia de terroristas rohingya» en esa zona. También negó que se hubieran producido disparos.