Tras haber sufrido la peor epidemia de cólera de la Historia, con más de un millón de casos y más de 2.000 muertos, la población de Yemen está de nuevo en riesgo de sufrir un nuevo brote coincidiendo con la llegada de la temporada de lluvias
Tras dos años de guerra, que ha destruido las infraestructuras -servicios de salud y suministro de agua-, y ha desplazado a más de dos millones de personas y llevado al país al borde de la hambruna, Yemen podrían sufrir de nuevo otro brote de cólera coincidiendo con la llegada de las lluvias. La falta de agua potable provocada por la destrucción de las estaciones de bombeo y la escasez de combustible para hacer funcionar las que están intactas, añadiría más sufrimiento y riesgos a una población machacada por la guerra, cuando aún no se ha recuperado de la epidemia del pasado año.
Desde 2016 se han contabilizado más de un millón de casos de cólera y 2.000 muertes. En mayo comenzará el Ramadán, que podría contribuir a extender la epidemia. La temporada de lluvias se extiende desde mediados de abril hasta finales de agosto.
El número diario de casos de cólera aumentó 100 veces en las primeras cuatro semanas de la temporada de lluvias del año pasado, lo que llevó a que la enfermedad se extendiera por todo el país, según el estudio.
Los autores sugirieron que la contaminación de las fuentes de agua durante la temporada de lluvias y los niveles cambiantes de zooplancton y hierro en el agua, que ayudan a la supervivencia de la bacteria del cólera, pueden haber contribuido a la explosión de los casos. Según sus predicciones, más de la mitad de los distritos de Yemen -catorce millones de personas- estarán en riesgo este año.
El cólera, que se transmite al consumir alimentos o agua contaminados, es una enfermedad diarréica que puede causar la muerte en cuestión de horas.
La investigación, que mapeó el brote y analizó los patrones de precipitación, ha ayudado a los funcionarios de salud y a la Organización Mundial de la Salud a identificar dónde distribuir las vacunas contra el cólera.
Los datos del estudio mostraron, también, un aumento en los casos después del Ramadán, debido a que la gente se reúne para comer y compran con mayor frecuencia alimentos en puestos ambulantes.
Yemen, uno de los países más pobres del mundo árabe, está envuelto en una guerra de poder entre el movimiento armado houthi, alineado con Irán, y una coalición militar respaldada por Estados Unidos y liderada por Arabia Saudita.
Según la ONU, 22 de los 25 millones de habitantes de Yemen necesitan ayuda humanitaria, lo que la convierte en la crisis más grande en este momento.