Héctor Alonso
El Sur de Asia se está enfrentado a una ola de COVID-19 sin precedentes que ha puesto al límite la capacidad hospitalaria de los países de la región: India, Nepal, Maldivas, Sri Lanka, Bangladesh, Pakistán, Afganistán y Bután están registrando la mitad de los casos de COVID-19 del mundo, en una región donde viven cerca de 2.000 millones de personas.
Cada segundo en esa área del mundo se están produciendo al menos tres contagios y cada minuto mueren tres personas por la enfermedad, sin contar los que están muriendo de otras enfermedades por no recibir tratamiento en hospitales y centros de salud desbordados: en la primera oleada murieron 228.000 niños y 11.000 adultos por la interrupción de los servicios de salud esenciales y ahora esa cifra se está cuadruplicando.
Hay falta de oxígeno y medicamentos para tratar la enfermedad, así como medios para proteger a pacientes y sanitarios. UNICEF ha hecho una evaluación de las necesidades, y serían necesarios 164 millones de dólares para poder suministrar los equipos básicos para salvar vidas.
Hace dos días India registró el mayor número de muertes en un solo día desde que empezó la pandemia: 4.529 personas. Nepal ha registrado tasas de positividad de casos de hasta el 47 por ciento y Sri Lanka y Maldivas superan cada día la cifra de fallecimientos con los hospitales desbordados. Los siguientes países en sufrir una ola devastadora en la zona son Bangladesh, Pakistán, Afganistán y Bután. Solo dos de los países de esa región, Bután y Maldivas, superan la tasa de vacunación del 10 por ciento. El resto se encuentra por debajo.