Siete millones de etíopes se enfrentan a una crisis alimentaria en el norte del
país
Héctor Alonso
El conflicto que sufre el norte de Etiopía ha provocado el desplazamiento de más de 300.000 personas y ha empujado a la inseguridad alimentaria a 1,7 millones de personas en las provincias de Afar y Amhara. La situación es tan grave que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha hecho un llamamiento para poder financiar la ayuda alimentaria de hasta 12 millones de personas este año, para lo que se necesitarán 426 millones de dólares.
En Tigray, la región en la que se desarrolla el conflicto, otras 5,2 millones de personas se encuentran en inseguridad alimentaria. Las existencias del PMA estaban prácticamente agotadas hasta la llegada reciente de un convoy formado por un centenar de camiones con 3.500 toneladas de alimentos y otros artículos urgentes, como combustible y material sanitario. Sin embargo, solo servirá para aplazar la crisis temporalmente.
Guerra y sequía
Los combates en el norte de Etiopía solo han empeorado una situación ya grave, debido a las reiteradas sequías, inundaciones, plagas de langostas del desierto y los altos precios de los alimentos, además de la COVID-19.
El conflicto de Tigray, una guerra civil de hecho, comenzó en noviembre de 2020, cuando el ejército de Etiopía, apoyado por el ejército de Eritrea, se enfrentó al Frente Popular de Liberación de Tigray, un grupo que pretende la independencia de esa región, la más próspera del país, nacido en los años 70 como oposición al entonces emperador de Etiopía Haile Selassie.
El ejército de Etiopía ha bloqueado completamente la región, a la que no se puede acceder, y la violencia ha provocado que más de 60.000 etíopes de la zona hayan buscado refugio en Sudán. Entre los desplazados por la violencia de Tigray y de las regiones circundantes, la sequía y la plaga de langostas, hay cerca de un millón de desplazados en el país.
