Crisis de los refugiados: ¿respuesta adecuada u oportunismo?
Las grandes agencias humanitarias han anunciado el inicio de grandes planes de actuación para hacer frente a la crisis de los refugiados en Europa durante la última semana. Frente a la aparente inoperancia de los gobiernos europeos, incapaces de hacer frente a la llegada masiva de refugiados, las agencias y organizaciones humanitarias han tomado la iniciativa.
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Refugiados en Europa |
ACT Alliance, por su parte, tiene previsto ampliar el trabajo a través de socios de Grecia, Hungría y Serbia. Sus propuestas incluyen planes para proporcionar alimentos, saneamiento, artículos no alimentarios y refugio para al menos 300.000 personas – casi tantos como han llegado a Grecia en lo que va de este año.
Islamic Relief ha estado ofreciendo servicios de traducción y donaciones en efectivo en la isla griega de Lesbos, pero está buscando financiación para ampliar de forma sustancial sus operaciones. Ayuda en Acción también ha enviado un equipo humanitario a Grecia para identificar necesidades.
Estas organizaciones se suman a las operaciones iniciadas por organizaciones “clásicas”, como Save the Children, Médicos Sin Fronteras, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja-Media Luna Roja y el Comité Internacional de Rescate, además de las secciones locales de Cruz Roja y Media Luna Roja de Grecia, Hungría, Macedonia, Italia y Serbia, la Organización Internacional para las Migraciones y ACNUR.
El hecho de que organizaciones de ayuda lancen operaciones humanitarias a gran escala en el continente más rico y técnicamente competente del mundo está provocando suspicacias. Para algunos expertos, como Sara Pantuliano, directora del Humanitarian Policy Group at the Overseas Development Institute de Londres, esta reacción es completamente desproporcionada, ya que las cifras de refugiados que han llegado a Europa son ridículas en comparación con la situación que se vive en Turquía, Líbano o Irak.
La capacidad existente y la solidez financiera de la UE es la razón clave por la que el Comité de Desastres ante Emergencias del Reino Unido (DEC) ha decidido no lanzar un llamamiento. «En comparación con otros países que reciben refugiados, los Estados europeos son solventes y estables», ha dicho su portavoz, Brendan Rice.
Otros dicen que la UE tiene la capacidad y la capacidad financiera para intensificar la respuesta. «Es terrible que muchas de estas personas lleguen a la playa y tengan que esperar a que llegue una organización humanitaria para recibir ayuda”, ha dicho el ex secretario de Desarrollo del Reino Unido, Andrew Mitchell, para quién lo que tiene que hacer la UE es proporcionar fondos a los países para que atiendan de forma adecuada e inmediata a los que llegan.
Sin embargo, quienes están trabajando sobre el terreno argumentan que es necesaria una mayor respuesta, teniendo en cuenta la aparente incapacidad de algunos gobiernos para hacer frente a la situación. Manu Moncada, de MSF, ha señalado que los gobiernos de los países receptores no tenían ningún plan de acción para atender esta situación ni gestionar a una población en movimiento. «Nno se trata de Italia o Grecia: ahora esa masa de gente se está desplazando a Austria, a Bélgica, a otros países en los que todo el mundo pensaba que había un mecanismo de respuesta y resulta que no hay ninguno”.
Para este técnico de MSF los enfoque estándar no son apropiados. «La mayoría de los actores tienen un modelo que se ha diseñado para una situación estable como un campo de refugiados. Pero aquí tenemos una población en movimiento. La gente se queda a veces sólo por unos minutos, a veces por unos pocos días. Así que hay que proporcionar servicios para ese período: distribución de alimentosl agua, información y artículos no alimentarios”.
En Lesbos, donde organizaciones como Shelterbox han estado proporcionando tiendas de campaña, los refugiados rara vez permanecen más de unos pocos días. «Nuestras tiendas de campaña están diseñadas para durar seis meses. Aquí permanecen unos días y luego se van, dejando las tiendas atrás. Ahora se trata de mantener las instalaciones limpias y listas para los siguientes. El modelo de actuación es completamente diferente”.
Hoy aquí, mañana allí
Esto se complica aún más por una situación que está cambiando día a día y por la falta de datos sobre quién está llegando y lo que necesitan – la realización de evaluaciones de las necesidades entre una población muy móvil ha demostrado ser extremadamente difícil. El cierre de las fronteras entre Hungría y Serbia, por ejemplo, está creando una bolsa cada vez mayor de refugiados que están abrumando las instalaciones existentes.
ACNUR ha establecido un coordinador regional de refugiados de Europa, pero coordinación entre países están lejos de ser efectiva. La perspectiva de organizaciones humanitarias trabajando en suelo europeo no es cómoda para los gobiernos. Fuentes internas dentro de la ONU dicen que ACNUR se enfrenta a la oposición de algunas autoridades europeas, poco dispuestas a aceptar la ayuda de la ONU porque sería como admitir su propio fracaso para manejar la situación.
También hay críticas a las ONG. Muchas han permanecido impertérritas hasta prácticamente hoy. Nadie tiene mensajes claves ni una visión de conjunto. En medio de las respuestas dispares de las agencias humanitarias, está claro que hay una necesidad abrumadora para una respuesta coherente, estratégica, tanto de los países de la Unión Europea, como de las agencias de ayuda. Como MSF señala, la situación es extremadamente inestable y cada día se presentan nuevos retos. La crisis de los refugiados de Europa puede ser pequeña en comparación con lo que ocurre en otros países de acogida de refugiados, pero parece haber cogido a todos por sorpresa, y la respuesta humanitaria no puede ser la convencional. En este momento «hay una falta de liderazgo en todos los ámbitos”, concluye Moncada.