Los países pobres podrían perder 75.000 millones de dólares en ayudas al cambio climático

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Los países que más sufren por el cambio climático son los que menos contaminan

Héctor Alonso

75.000 millones de dólares es la cifra de las ayudas que los países en vías de desarrollo podrían dejar de recibir para combatir el cambio climático en un período de seis años, por la disminución de las aportaciones de los países más ricos, comprometidas para ayudarles a enfrentarse a las consecuencias del calentamiento global.

Los países más desarrollados se habían comprometido a movilizar hasta 100.000 millones de dólares anuales que se destinarían a combatir los efectos del cambio climático y reducir sus emisiones de efecto invernadero.

Estos datos los ha proporcionado en un informe la ONG Oxfam, en vísperas de las conversaciones de los líderes mundiales en la Asamblea General en la que se van a tratar estos temas antes de la Cumbre del Clima ONU COP26 que se celebrará en Glasglow en noviembre. Pedro Sánchez, que iba a acudir a esas conversaciones de la ONU, retrasó su viaje a consecuencia de la erupción del volcán de La Palma.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó nuevos datos el pasado viernes que indican que los países desarrollados proporcionaron solo 80.000 millones de dólares en 2019, 20.000 menos de lo previsto. Si la financiación sigue disminuyendo, en el período previsto se habrán dejado de aportar entre 68.000 y 75.000 millones de dólares que son vitales para prevenir y combatir los efectos del cambio climático.

Cinco millones de muertes anuales

Se calcula que las variaciones extremas en las temperaturas matan a cinco millones de personas cada año, lo que representa más del nueve por ciento de las muertes en todo el mundo, y se espera que esta cifra aumente a medida que suben las temperaturas medias por el cambio climático.

Además se calcula que el cambio climático podría provocar pérdidas económicas estimadas en el doble de las provocadas por la pandemia, y a pesar de ello no se está actuando con decisión. En 2020, la UE, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón gastaron más de 15 billones de dólares en medidas de recuperación fiscal relacionadas con la COVID-19, lo que equivale supone 151 veces el objetivo de financiamiento climático. Al mismo tiempo, el gasto militar global aumentó en un 2,6 por ciento desde 2019 hasta rozar los 2 billones de dólares, casi 20 veces más que el objetivo de financiamiento climático.

En los últimos meses Estados Unidos, Canadá y Alemania  se habían comprometido a hacer un esfuerzo, pero no ha sido suficiente. En la Cumbre del G7 en junio, los líderes reiteraron su compromiso de reducir la brecha, pero Francia, Australia y Japón no han aumentado sus contribuciones por encima de los niveles actuales y países como Italia, España y los Países Bajos, ni siquiera se han pronunciado sobre cumplir sus compromisos.

La forma de conceder esas ayudas tampoco está siendo la adecuada: en 2019 el 70 por ciento de la financiación climática se otorgó como préstamos en lugar de subvenciones, y así seguirá, parece, hasta 2025, lo que contribuirá a endeudar a países ya altamente endeudados. La ONU había pedido además que al menos la mitad del dinero fuera destinado a medidas que proporcionaran resiliencia y adaptamiento de los países más afectados, pero solo la cuarta parte se ha destinado a estos objetivos.

Los que más sufren son los que menos contaminan

Durante 2020 casi 94,8 millones de personas en todo el mundo sufrieron las consecuencias de tormentas, inundaciones y sequías que provocaron pérdidas por valor de 171.000 millones de dólares. Además, la población de los países en vías de desarrollo es la que menos contribuye al cambio climático: un habitante de Bangladesh, por ejemplo, produce 24 veces menos CO2 que un habitante de Estados Unidos.

Y las consecuencias son ya evidentes y catastróficas: Madagascar, debido al aumento de las temperaturas, está sufriendo la sequía más dura de los últimos 40 años, lo que ha provocado que más de un millón de malgaches se encuentren en situación de inseguridad alimentaria. Y ese país solo ha generado el 0,01 por ciento del dióxido de carbono.

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