Los combates entre el Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA) y los grupos de oposición han desplazado a más de 27.000 personas, que carecen de refugio, alimentos y agua
Más de 27.000 personas que han huido de sus casas en Yuai y Waat (Sudán del Sur) por los combates entre el Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA) y los grupos de oposición, se enfrentan ahora al cólera y la malnutrición, según organizaciones humanitarias que trabajan en la zona, como Médicos Sin Fronteras (MSF). Los desplazados carecen de refugio, comida y agua, y muchos tienen que comer hojas de árbol para sobrevivir.
La dramática situación de estas personas ha hecho que estén aumentando los casos de sospechosos de cólera, y que la desnutrición esté aumentando peligrosamente. Muchos de los desplazados han dicho que han quemado sus casas y relatan casos de violaciones y asesinatos. La mayoría de ellos han buscado refugio en una zona montañosa cerca de Pieri. Médicos Sin Fronteras está proporcionando atención médica básica y tratamiento para el cólera y la desnutrición, sin embargo, la situación puede empeorar rápidamente si no se establece una asistencia humanitaria regular.
Los primeros casos sospechosos de cólera se notificaron el 9 de mayo tras un aumento general de los pacientes con diarrea acuosa. MSF ha abierto una unidad de tratamiento en Pieri, donde los equipos han tratado a más de 30 personas hasta el momento, y han establecido siete puntos de rehidratación y varios puntos de agua clorada.
A mediados de mayo, el equipo informó de un aumento de los niveles de malnutrición entre los niños menores de cinco años, de los cuales casi un tercio sufren de desnutrición aguda general y más de uno de cada diez sufre de desnutrición aguda grave, que amenaza la vida.
La inseguridad en el área presenta desafíos para el acceso de las organizaciones de ayuda.
«Esto ocurre en un área donde hay poca asistencia disponible, una red muy pobre de centros de salud básicos y donde la situación humanitaria ya era desastrosa», dice Michael Keiser, jefe de misión adjunto de MSF en Sudán del Sur. Con la temporada de lluvias es previsible que la situación empeore.
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