Tras la confirmación de un caso el 8 de octubre y otros tres en septiembre
Héctor Alonso
«Vacunación en anillo». Así es como se ha empezado a vacunar en la provincia de Kivu Norte (República Democrática del Congo -RDC) para prevenir la aparición de nuevos casos de ébola tras la confirmación de uno el pasado 8 de octubre, un niño de dos años que había muerto dos días antes en un centro de salud.
La vacunación en anillo, que supondrá la inmunización de al menos 200 personas con la vacuna rVSV-ZEBOV, consiste en inocular al círculo más cercano al enfermo y a los contactos de estos. También a los sanitarios que pudieran haber antendido al enfermo, y a los sanitarios que van a inmunizar a las personas de riesgo. El caso de niño se produjo después de que en septiembre murieran otras tres personas, todas de la misma familia, en la misma localidad. Desde Kinshasa, la capital, se han enviado 1.000 vacunas a la región, y otras 200 dosis que irán destinadas a la comunidad donde se han registrado estos últimos casos.
La RDC dispone de un total de 12.000 dosis de vacunas que serían inmediatamente puestas a disposición de los equipos de inmunización en caso de que fuera necesario. Con esta enfermedad la rapidez es fundamental para que no se extienda: la vacuna actúa de cortafuegos e impide que se propague, ya que la mortalidad es extremadamente alta. Por esta razón, durante los últimos años las autoridades sanitarias de la RDC, apoyados por la Organización Mundial de la Salud, han formado equipos para el rastreo de casos y contactos, desinfectar entornos y realizar pruebas. En relación con este último caso, los equipos de rastreo ya han localizado a 170 contactos que serán inmunizados y monitorizados.
La ciudad de Beni ya fue uno de los escenarios del brote de ébola de 2018-2020. Ahora se está analizando material genético para saber si el caso del niño y los tres miembros de la misma familia que han fallecido en esa zona tienen relación con el brote anterior.
Zona de riesgo
El pasado febrero se desplegó una ofensiva para prevenir la extensión del virus del ébola en la RDC, y también en otros países de la zona considerados de riesgo: Guinea, Costa de Marfil, Liberia, Sierra Leona, Senegal y Mali. Más de 7,5 millones de personas viven en las áreas consideradas de riesgo y 424.000 en las áreas donde se han registrado casos.
La ofensiva se inició tras registrarse el primer caso del año, el 8 de febrero: la muerte de una mujer por el virus en Kivu Norte. Desde junio de 2020 no se había producido ningún caso, por lo que se temió un nuevo brote como el anterior, que duró dos años. Pocos días después se confirmó un caso en Guinea: una enfermera que murió. A su entierro acudieron familiares. Siete enfermaron y tres murieron. El entierro duró varios días con el cadáver expuesto, algo tradicional en algunas zonas de África y que se está tratando de erradicar para evitar contagios.
Más de 11.000 muertos
La epidemia de 2014-2016 en África occidental fue el brote de ébola más grande y complejo desde que se descubrió el virus en 1976. Comenzó en la región boscosa de Guinea, se extendió por todo el país y luego saltó a Sierra Leona y Liberia, matando a más de 11.000 personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta con la vacuna, que ya ha sido probada con éxito en la inmunización de más de 40.000 personas en la República Democrática del Congo noviembre de 2020. Anteriormente se aprobó su uso compasivo en Guinea-Conakry, Liberia y Sierra Leona, donde se aplicó a más de 350.000 personas y se pudo comprobar su eficacia.
Reserva mundial de vacunas
El pasado mes de enero se aprobó la creación de una reserva mundial de vacunas contra el ébola, que está almacenada en Suiza y disponible para cualquier país que lo solicite 48 horas después de autorizarse su uso. Se espera que esta reserva cuente en dos años con 500.000 dosis disponibles. La vacuna, desarrollada por Merck, fue autorizada por la Agencia Europea del Medicamento en 2019 y precalificada por la OMS y su uso ha sido autorizado por ocho países africanos.
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