Los datos son sobre menores de cinco años. Según Save the Children las estimaciones «son conservadoras» y podrían ser muchos más
Héctor Alonso
Más de 260.000 niños menores de cinco años pueden haber muerto de hambre extrema o enfermedades relacionadas con la falta de alimentos en ocho países de África Oriental desde principios de año, según un informe de la ONG Save the Children. Se trata de la peor crisis alimentaria en esa zona del continente desde la de 2011, cuando se declaró en Somalia la primera hambruna del siglo XXI, que se extendió a Etiopía y Kenia.
El estudio que se presenta hoy ha usado datos de la ONU sobre tasas de mortalidad por casos no tratados de desnutrición aguda severa en niños y niñas menores de cinco años en ocho países de África Oriental. Según Save the Children, al menos 262.500 niños habrían muerto por estas causas en Somalia, Burundi, Etiopía, Kenia, Ruanda, Sudán del Sur, Sudán y Uganda.
Las causas hay que buscarlas, según el estudio, en los efectos devastadores del cambio climático, que ha provocado prolongadas sequías e inundaciones, destruyendo cosechas y provocando el desplazamiento de decenas de miles de personas que tratan de huir del hambre. Mientras que en el este de Kenia, sur de Somalia y amplias zonas de Etiopía han sufrido varias sequías seguidas, parte de Sudán del Sur está inundado después de tres años de lluvias excesivas. Además la pandemia ha provocado una grave crisis económica en muchos de estos países, dejando sin fuente de ingresos a millones de personas, especialmente a las mujeres.
Los datos son incontestables: la llegada de niños con desnutrición aguda severa a los centros hospitalarios o de atención aumentaron un 16 por ciento durante los seis primeros meses del año. La desnutrición aguda severa es la etapa más peligrosa de la falta de alimentos y menos de la mitad de los niños afectados (46 por ciento) están siendo tratados para su recuperación.
Millones de personas se han quedado sin acceso a los alimentos, y dependen de la caridad o de la ayuda humanitaria para sobrevivir. De no actuar inmediatamente, como piden las ONG y las agencias internacionales, la situación empeorará.
Sin embargo, no es solo en África Oriental donde ha aumentado la desnutrición infantil: en todo el mundo es la causa de la muerte de casi la mitad de los niños y niñas menores de cinco años: en 2020 149 millones de niños tenían retraso de crecimiento y 45 millones de niños tenían un peso inferior al que les correspondería (emaciados). Se calcula que esas cifras aumentarán en 3,6 millones y 13,6 millones respectivamente durante 2022, así como las cifras de muertes debido a la desnutrición.