Héctor Alonso
Hace apenas una semana informamos de la aparición de un brote de ébola en la República Democrática del Congo y hoy se ha confirmado otro brote en Guinea, uno de los países más afectados -junto con Sierra Leona y Liberia- por el brote que alarmó al mundo entre 2014 y 2016 y que provocó miles de afectados.
En esta ocasión se han detectado varios casos tras el funeral de una enfermera que murió el pasado 28 de enero en la comunidad de Gouéké. Tras el funeral seis personas que habían acudido sintieron síntomas compatibles con el ébola. Dos de ellas murieron y las otras cuatro han sido hospitalizadas.
Los análisis han confirmado la enfermedad y la Organización Mundial de la Salud está apoyando a las autoridades sanitarias locales para hacer los rastreos de contactos y tratar de prevenir más infecciones. La experiencia acumulada durante el brote de 2014-2016 está siendo decisiva en la rapidez con la que se han tomado las decisiones. De hecho, sanitarios guineanos han estado colaborando en los brotes que se han detectado recientemente en la República Democrática del Congo (DRC), formando a los equipos de vacunadores que inmunizaron a más de 40.000 personas hace apenas unos meses.
La OMS ayudará al país a comprar la vacuna contra el ébola, que ha demostrado su efectividad en la RDC. También se está analizando el genoma del virus encontrado en las muestras para establecer a qué cepa pertenece. Se da el caso de que este brote se ha producido cerca de la zona fronteriza con Liberia y Sierra Leona, por lo que se están extremando las precauciones y reforzando la vigilancia epidemiológica en las regiones fronterizas de ambos países. Otros países de la región en riesgo son Costa de Marfil, Malí y Senegal.
En el brote de 2014 los primeros casos se detectaron en Guinea y luego saltaron a Sierra Leona y Liberia, con un saldo de 28.000 casos y más de 11.000 muertos.
