El mural no se toca

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Ramón Alonso, miembro de la AV Quintana*

21 de enero de 2021. Trece días después de la gran nevada. Los servicios municipales que funcionan lo hacen parcialmente o con irregularidades. Hace como mucho dos días que las recogidas de basuras funcionan en algunas calles del distrito. Los colegios funcionan desde el día anterior. La Junta Municipal de Ciudad Lineal celebra su plenario del mes de enero. Entre muchos temas, hay una petición de VOX para modificar el mural del polideportivo de la Concepción. La modificación se aprueba y en consecuencia si el plenario del ayuntamiento de Madrid, lo valida, las imágenes del mural serán destruidas y sustituidas por otras. Sin embargo, entre el pleno de la Junta y el pleno del Ayuntamiento, se producen una serie de acontecimientos que acabarán con el rechazo de la propuesta y el mantenimiento del mural.

¿Qué contenía el mural de la discordia? ¿Qué sucedió entre el 21 y el 26 de enero?

Hagamos una pequeña cronología. El mural fue aprobado por unanimidad en la sesión ordinaria de la Junta Municipal de Ciudad Lineal del 8 de mayo de 2018, para ser realizado con temática contraria a la violencia de genero por artistas en el polideportivo de la Concepción u otro muro relevante del distrito, con la participación de alumnos del distrito en edad de escolarización. Con participación de distintos colectivos, se seleccionaron las imágenes de 15 mujeres relevantes para la defensa de sus derechos. Los trabajos se finalizaron en septiembre de ese año con un eslogan que dice “Las capacidades no dependen de tu género”.  En conclusión, que nos encontramos ante un trabajo artístico, elaborado con todos los requisitos legales en el lugar previsto, con participación de muchos ciudadanos, siendo el patrimonio municipal el beneficiario. 

El grupo municipal VOX, presento en plazo y forma una iniciativa para cambiar el mural. Primero se argumenta su carácter marxista-feminista porque alguna de las mujeres que aparecen en el mismo tenían un marcado tinte ideológico, para finalmente proponer un homenaje a los deportistas paralímpicos. La propuesta fue aprobada en el Pleno del día 21, argumentando el PP y Ciudadanos que habían aprobado por unanimidad su confección dos años antes y que habían sido engañados,. Sin embargo, nada habían objetado en ese periodo. La intervención del concejal Niño, de Ciudadanos, prueba que su postura era resultado de una negociación. Los argumentos dados en el pleno, aunque torpes, indican un acuerdo previo.

La tormenta de nieve había dejado en evidencia la escasa previsión municipal. Las declaraciones de Almeida sobre la preparación para paliar los efectos habían sido un fiasco. Los servicios municipales fueron inexistentes por más de una semana: ni ambulancias, ni recogida de basuras, ni autobuses ni colegios funcionaron. Durante los tres primeros días los teléfonos no respondían y hasta el cuarto día no se empezó a facilitar sal. Los madrileños y sobre todo los voluntarios en la pandemia, volvieron a primera línea, limpiando calles que las Juntas Municipales eran incapaces de limpiar, acercando comida o siguiendo instrucciones de los centros de salud, medicinas a los más necesitados. Todo el mundo recordaría que mientras que los vecinos arrancaban placas de hielo y en algunos casos se lesionaban en su empeño, lo único que hacia el alcalde era pedir a la gente que tirase de pala, cuando ya lo estaban haciendo por sus medios. El descontento era amplísimo y en esas circunstancias, producto de negociaciones ocultas, con cientos de calles bloqueadas por la nieve, sin recoger los destrozos del arbolado, se aprueba algo que no es ni urgente, ni necesario, ni querido por los ciudadanos. 

Oleada de protestas

La reacción de los vecinos de Ciudad Lineal fue rápida y enérgica. El caldo de cultivo creado por unas autoridades que habían abandonado durante muchas horas en una situación catastrófica a sus ciudadanos y que en su primer Pleno aprobaban la destrucción de una de las señas de identidad del distrito era muy potente, y se respondió con una oleada de protestas: organizaciones feministas, vecinales, humanitarias, AMPAS, sindicatos, grupos políticos y ciudadanos expresaron su rechazo a la decisión de destruir el mural. En un solo día se recogieron más de 90.000 firmas y las redes ardían con mensajes condenatorios.

Se organizaron varios colectivos y redes de wasap con la consigna “el mural no se toca”. El domingo 24, el nivel de la protesta alcanza rango nacional, pues el presidente de gobierno se manifiesta a favor del mural y la respuesta del alcalde y portavoz del PP es que la destrucción del mural es «un acto democrático». Los acontecimientos se desbocan cuando el asunto toma cuerpo en la prensa internacional, favorable a la continuidad. En muy poco espacio de tiempo, por el absoluto desprecio hacia sus ciudadanos y su habitual prepotencia, el ayuntamiento de Madrid y los pactos vergonzantes entre los partidos de derechas que lo componen, que tienen en la misoginia uno de sus caballos de batalla, quedó retratado ante el mundo. 

Ante un rechazo cuya potencia crecía como la espuma, cuando los servicios jurídicos de algunas de las organizaciones y colectivos empezaban a señalar que la decisión de la Junta de Distrito podría no ser legal,  que no se podía alterar patrimonio municipal sin claras motivaciones y que la destrucción de un trabajo artístico sin permiso de los autores podría ser muy conflictiva jurídicamente, con el distrito en estado de ebullición, Begoña Villacis, para evitar males mayores y el desgaste político que la situación generaba a los grupos del gobierno local y en particular al suyo, cambio el sentido de su voto en el pleno, dejando sin efecto la decisión del distrito.

Las celebraciones fueron numerosas, pero el sentimiento de que se ha ganado solo el primer asalto sigue. De hecho, el día 31 se celebraron en el mural movilizaciones de carácter artístico. Las manifestaciones de enojo de Almeida despreciando la victoria de los ciudadanos indican que no hay que bajar la guardia. Al fin y al cabo, lo sucedido es el cumplimiento de una de las máximas de las luchas sociales: los grupos dominantes solo retroceden cuando las ganancias potenciales de los problemas que generan son muy inferiores a sus posibles pérdidas.

Finalmente, hay que reconocer que todo este conflicto ha generado algún beneficio, como la demostrada fuerza de la unidad o la rapidez de la respuesta. El mural retrata a 15 mujeres ejemplares que ahora son mucho más conocidas. La más denostada, Lyudmila Pavlichenko, estaría orgullosa de seguir derrotando fascistas cuarenta años después de su muerte.

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