Libia es el principal punto desde donde los migrantes tratan de llegar a Europa, a menudo en frágiles embarcaciones
Héctor Alonso
Una de las principales ideas planteadas en la última cumbre europea sobre migración, que apoyaron varios mandatarios de la UE, fue crear centros de migrantes en territorio libio para poder controlar y gestionar así el flujo migratorio. Con esa idea se pretendía terminar, o al menos disminuir, el tráfico de personas y minimizar el número de fallecimientos ocurridos en el Mediterráneo central, más de 1.400 en lo que va de año.
Sin embargo Libia ha rechazado este plan y ha dejado claro que no se dejará influir por los incentivos, principalmente económicos, ofrecidos por la UE para llevarlo a cabo, según aseguró el primer ministro libio Fayez al-Sarraj.
El mes pasado Italia propuso la creación de centros de recepción e identificación para el procesamiento de migrantes en África como un medio para resolver las divisiones entre los gobiernos europeos sobre cómo manejar la afluencia de más de un millón de migrantes desde 2015.
«Nos oponemos absolutamente a que Europa quiera oficialmente que acojamos a los inmigrantes ilegales que la UE no quiere asimilar», declaró hace unos días Sarraj, refiriéndose a este plan. Asimismo, rechazó las acusaciones de que la guardia costera de Libia hubiera disparado a cooperantes que tratan de rescatar a los migrantes.
«Salvamos a cientos de personas de la costa de Libia todos los días, nuestros barcos están constantemente en movimiento», aseguró, para solicitar seguidamente más apoyo técnico y financiero.
Disminución de las llegadas
Los datos de la Agencia de Migración de la ONU son que 51.782 migrantes y refugiados ingresaron a Europa por mar hasta el 18 de julio. La cifra es muy inferior a la registrada durante el mismo período del pasado año (110.189) y a la registrada en 2016 (244.722) durante la misma franja temporal.
La cifra de muertos en lo que va de año es de 1.490.