Dos mujeres belgas que pertenecieron a ISIS tratan de volver a su país con sus hijos

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Un juez belga ha anulado la resolución de repatriación para ellas y sus seis hijos

Héctor Alonso

El pasado 21 de febrero publicamos una noticia sobre el limbo legal de los hijos de las yihadistas, en la que contamos la historia de una mujer británica, Shamima Begum y de su hijo recién nacido, que se vieron desposeídos de la nacionalidad británica y quedaron atrapados en un campo de refugiados en Siria. Esta mujer se había unido al Estado Islámico y tras refugiarse en un campo aguardaba poder regresar a Gran Bretaña. Su hijo finalmente ha muerto por las duras condiciones del campo de refugiados, y ahora otras mujeres se encuentran en la misma situación, sin saber qué será de ellas o si podrán regresar a su país.

Este es el caso de dos mujeres belgas que se habían unido al Estado Islámico en Siria. Acaban de recibir la noticia de que un tribunal belga ha anulado una resolución por la que iban a ser repatriadas junto con sus seis hijos, según ha publicado la agencia Thomson-Reuters.

Tatiana Wielandt y Bouchra Abouallal, ambas de 26 años, pidieron que si ellas no podían volver a su país, que por lo menos permitieran que sus hijos fueran repatriados. Ambas viven con los niños en el campo de desplazados de Ain Issa, en el norte de Siria.

A medida que se desmorona el Estado Islámico en Siria cada vez más mujeres europeas o de otros continentes que se unieron a la llamada del Estado Islámico tratarán de regresar a sus países. Cuando llegaron a Siria se unieron a combatientes yihadistas y la mayoría han tenido hijos, que ahora tratan de sacar del país.

La posibilidad de la repatriación ha provocado un feroz debate público en Bruselas y en Londres, donde hay poca simpatía pública por las familias de los yihadistas después de haber sufrido atentados. Pocos gobiernos están interesados en recuperar a estos ciudadanos, con los que no saben qué hacer.

El argumento de estas mujeres y de sus abogados es que los niños no tienen futuro en Siria, sin acceso a la educación o a la sanidad básica, ni tienen culpa por lo que hayan hecho sus padres.

En Bélgica el gobierno tiene claro que no se puede culpar a los niños de las acciones de sus padres, pero el tribunal que ha decidido este caso no piensa lo mismo. Por otra parte, en Siria dicen que no podrán mantener durante largo tiempo a las centenares de mujeres de yihadistas y sus hijos, tras haber detenido a los combatientes.

Amigas del instituto

Tatiana y Bouchra eran amigas en el instituto y decidieron unirse al Estado Islámico tras ver propaganda del grupo. Tatiana se casó con un hermano de Bouchra, que también se casó con otro musulman. Se marcharon a Siria con un bebé cada una, con otros 400 belgas que también se unieron a ISIS. Sus maridos murieron en la guerra un año después y ellas quedaron solas, por lo que decidieron regresar a Bélgica. Tras ser interrogadas por la policía decidieron, en 2015, volver a Siria. Allí las dos se casaron de nuevo y tuvieron más hijos. Tatiana se casó con un yihadista de origen holandés, que también murió. Su amiga se casó con un combatiente de Trinidad, que fue capturado.

En 2017 escaparon del territorio que dominaba ISIS tras la pérdida de la ciudad de Raqqa y se entregaron a fuerzas kurdas. Estuvieron dos meses en prisión antes de ser enviadas al campo de desplazados en el que viven desde entonces. Hay al menos otras 17 mujeres belgas y 32 niños en la misma situación y probablemente decenas de otros países europeos.

Ahora lo único que quieren es regresar a su país, o al menos que dejen viajar a sus hijos.

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