COVAX, diseñado para garantizar el acceso a las vacunas a los países menos favorecidos, no está pudiendo cumplir con sus previsiones
Héctor Alonso
Hasta el momento el mecanismo COVAX, creado por la OMS, GAVI y UNICEF para asegurar que los países con menos recursos tengan acceso a las vacunas contra la COVID-19, ha entregado 65 millones de dosis, muy por debajo de las previsiones de la organización, 170 millones de dosis previstas para estas fechas.
El próximo mes se reúne el G7 en el Reino Unido, uno de los impulsores del mecanismo, y dado el crecimiento exponencial de la ola de COVID-19 en la India y en los países vecinos, el déficit de vacunas por esas fechas superará los 190 millones de dosis. Es decir, el retraso en la entrega de vacunas es cada vez mayor a la vez que crecen las necesidades de acelerar la vacunación.
Otros países que están sufriendo la virulencia de la pandemia en este momento son Nepal, Sri Lanka, Maldivas y Argentina y Brasil.
Los expertos advierten que acelerar la vacunación en todo el mundo es primordial, puesto que cuanto más tiempo pasa más probabilidades hay de que aparezcan cepas más contagiosas o letales. En este momento COVAX es insuficiente y la situación de la India complica el abastecimiento, ya que ese país es uno de los centros mundiales de producción de las vacunas y necesita usar con su población la mayoría de las que está fabricando, dejando menos dosis a disposición de COVAX: un déficit de 140 millones de dosis hasta mayo y otro déficit de 50 millones de dosis en junio, probablemente.
Donación de los países ricos
La alternativa sería que los países del G7 y el Grupo de Países de la Unión Europea donaran al menos 135 millones de dosis, el 20 por ciento de las que dispondrán en junio, julio y agosto, sin que se resintieran los objetivos de vacunación de su población.
COVAX recuerda que la pandemia solo puede ser combatida si todos los países disponen de medios para inmunizar a su población. «Compartir la carga de la responsabilidad podría reforzar a los países vulnerables». Ahora es más urgente, insisten, compartir las vacunas disponibles que ceder licencias o transferir tecnología para producir vacunas en otros países, que llevará tiempo y no solucionará a corto plazo la escasez de vacunas en los países menos desarrollados.