En lo que va de año han muerto o desaparecido en el mar más de 1.600 personas tratando de llegar a Europa
Cruzar el Mediterráneo central se ha vuelto más peligroso que nunca para los inmigrantes que intentan llegar a Europa: uno de cada 18 muere o desaparece durante el viaje, más del doble que el año pasado, según datos ofrecidos por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Según un informe recién publicado por el Alto Comisionado (Desperate Journeys) este año han muerto o desaparecido en el mar más de 1.600 personas cuando trataban de llegar a Europa a través de la ruta que comienza en el norte de África.
La publicación del informe coincide con el tercer aniversario de la muerte de Alan Kurdi, un niño refugiado sirio cuyo cadáver apareció en una playa turca en el momento cumbre de la crisis migratoria, lo que desató la indignación mundial.
Aunque las llegadas han disminuido drásticamente en los últimos dos años, los países europeos siguen estando divididos sobre cómo gestionar la llegada de refugiados y migrantes, mayoritariamente de Oriente Medio, África y Asia.
Para ACNUR los datos del informe demuestran que la ruta del Mediterráneo se ha convertido en una de las rutas marítimas más peligrosas del mundo para los que huyen. Ahora, dice ACNUR, no se trata de gestionar llegadas masivas, puesto que éstas han disminuido considerablemente, sino que se trata de unirse para salvar vidas.
La prueba de que las llegadas han disminuido es que entre enero y julio de 2017 llegaron a Italia, España y Grecia 121.000 personas, mientras que durante el mismo período de 2018 han llegado 72.000 personas. No obstante, el riesgo, lejos de disminuir, se ha disparado: ahora muere 1 de cada 18 personas que lo intentan, frente a 1 cada 42 el año pasado.
En cuanto a la procedencia de los migrantes, la mayoría de los que tratan de llegar a Europa este año son de Siria, Irak y Guinea-Conakri. El pasado año la mayoría procedían de Nigeria, Guinea-Conakri y Costa de Marfil.
Menos rescates, más mortalidad
Según el informe, la disminución de los esfuerzos de búsqueda y rescate frente a la costa de Libia se ha traducido en una mayor mortalidad. Ahora las ONG que operaban en la zona han sido sustituidas por la Guardia Costera libia, mientras que las ONG tiene que operar mar adentro, lo que aumenta el riesgo de los migrantes, que viajan en embarcaciones inseguras.
Ante el cierre de puertos en Italia, ACNUR ha instado a los gobiernos europeos a llevara a cabo una estrategia regional que permita más rescates y el desembarco de los rescatados, que aumenten los lugares de recalentamiento de los migrantes y que se facilite la reunificación familiar para que mucha gente no tenga que arriesgar su vida en el mar.