Gravísimas inundaciones, enfrentamientos armados y COVID-19 han puesto al país al borde de la hambruna
Héctor Alonso
La situación de la población en Sudán del Sur es catastrófica: no hay alimentos, la inseguridad está empujando a la población a huir de un lugar a otro, las recientes inundaciones han destruido cosechas y han provocado una elevación de los precios de los alimentos y la pandemia de COVID-19 lo está complicando todo, según han denunciado tres organizaciones de Naciones Unidas: FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación), UNICEF y PMA (Programa Mundial de Alimentos).
Las tres organizaciones han pedido una respuesta inmediata «para salvar vidas» y evitar el colapso total en el país más joven del mundo y que apenas ha conocido la paz: proclamó su independencia de Sudán el 9 de julio de 2011 y dos años más tarde comenzó una guerra civil que aún continua y que ha llevado al país a ocupar la posición 186 en el Índice de Desarrollo Humano (de 190 naciones) y ser uno de los países más inseguros del mundo.
El problema que tienen las agencias internacionales de la ONU y las ONG es el acceso seguro a la población. «Hacemos un llamamiento a todas las partes para que detengan la violencia y garanticen un acceso humanitario seguro que evite que una situación ya grave se convierta en una catástrofe total”, ha dicho el representante de la FAO en Sudán del Sur, Meshack Malo. Los índices de desnutrición aguda grave se han disparado entre los niños, que necesitarán tratamiento urgente para sobrevivir. Además hay que desarrollar acciones que eviten que más niños lleguen a ese punto de desnutrición.
La situación podría ser aún más complicada en 2021 por la destrucción de cosechas debido a inundaciones «sin precedentes». Esa escasez de comida ha provocado una grave crisis económica y el alza de los precios de los alimentos, lo que ha dejado a más sur sudaneses en inseguridad alimentaria. Entre octubre y noviembre 6,5 millones de personas se enfrentaron a una inseguridad alimentaria aguda grave y necesitan asistencia urgente. Se prevé que este número aumente a 7,24 millones en los siete primeros meses de 2021.
Todos estos datos aparecen en el informe recién publicado por la Unidad de Unidad de Apoyo Global del IPC la semana pasada. En dicho informe el panorama es dantesco, con decenas de miles de personas en situación de hambruna en algunas regiones del país. Alrededor de 1,4 millones de niños de entre seis meses y cinco años sufrirán desnutrición aguda en 2021 y necesitarán tratamiento para salvar su vida. Además ahora hay 483.000 mujeres embarazadas o en período de lactancia que están gravemente desnutridas y que necesitan tratamiento urgente.