El asalto al último bastión rebelde provoca la huida de más de 700.000 personas
El asalto al bastión de los rebeldes sirios en la región de Idlib por parte del ejército sirio, apoyado por la aviación rusa, ha provocado una desbandada de más de 700.000 personas, un desplazamiento de civiles que podría provocar una crisis internacional, ya que la mayoría se ha dirigido a la frontera con Turquía, país que ya acoge a más de tres millones y medio de refugiados sirios.
Respaldados por el poder aéreo ruso, las fuerzas gubernamentales han avanzado rápidamente en la región de Idlib desde la semana pasada, donde millones de personas se han refugiado desde el comienzo de la guerra que ya dura nueve años.
Los aviones rusos han realizado más de 200 ataques sobre objetivos, principalmente civiles, en los últimos tres días.
Moscú y Damasco dicen que están luchando contra militantes yihadistas que han intensificado los ataques contra civiles en Alepo, pero grupos de derechos humanos aseguran que los ataques aéreos han destruido hospitales, escuelas y zonas residenciales civiles.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, ha asegurado que tomará represalias contra cualquier ataque a sus doce puestos de observación en la zona, en una advertencia a sirios y rusos. Turquía ya alberga a más de 3,5 millones de refugiados sirios y teme que estos ataques provoquen otra avalancha de refugiados.
