La crisis de Somalia en siete puntos

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Héctor Alonso

La última ocasión en la que Somalia mereció la atención mundial fue en 2011, cuando la hambruna mató a más de 250.000 personas. Desde entonces el país ha estado luchando contra una crisis humanitaria prolongada, provocada en buena parte por la violencia pero también por el cambio climático.

Prolongadas sequías seguidas de inundaciones

El país sufre sequías extremas seguidas de inundaciones, además de una violencia enquistada que enfrenta a grupos armados con el ejército. Además está el hambre y las epidemias, que diezman a una población muy vulnerable. Estas circunstancias han empujado a centenares de miles de somalíes a abandonar sus aldeas convirtiéndose en desplazados y refugiados.

1- Es una crisis compleja

La crisis humanitaria en Somalia es una de las más largas y complejas del mundo. El país es escenario de conflictos armados y un empeoramiento de las crisis climáticas, una combinación peligrosa que ha provocado desplazamientos masivos de población. A lo largo de 2018 más de 880.000 somalíes abandonaron sus hogares, 300.000 por la violencia y más de 500.000, en su mayoría agricultores y pastores, por las crisis climáticas. El 60% de la población de Somalia se dedica al pastoreo y la agricultura de subsisencia y sus tierras quedaron arrasadas por la sequía y ahora por las inundaciones.

En 2019 otros 575.000 somalíes se han convertido en desplazados, por lo que más de cuatro millones de personas necesitan ayuda humanitaria en el país. Uno de los problemas es acceder a ellos por la inseguridad provocada por los conflictos armados.

2- El impacto en la población de las condiciones climáticas extremas

Como hemos recordado antes, en 2011 más de 260.000 personas murieron en la hambruna y la mitad fueron niños. Cinco años más tarde comenzó una larga sequía que duró hasta 2017 y desplazó a más de un millón de personas. La rápida reacción internacional evitó un nuevo desastre. Y este año Somalia se enfrenta a una situación parecida, con más de 800.000 desplazados. Ahora son las lluvias extremas y las inundaciones las que están expulsando a las familias de sus aldeas. Niños y mujeres son los más vulnerables por la poca ayuda que están recibiendo por culpa de la inseguridad.

3- Un conflicto prolongado

Somalia ha sufrido conflictos armados durante las últimas tres décadas. Los grupos armados llevan a cabo ataques con bombas, asaltos armados y secuestros, provocando la huida de la población. También exigen tributos a las comunidades o se recluta a la fuerza a niños y jóvenes. La acción del ejército también ha provocado movimiento de civiles, que acaban buscando refugio en las zonas urbanas.

4- Malas condiciones de salud y enfermedades transmisibles

El desplazamiento masivo y la inseguridad alimentaria tienen un efecto importante en la salud de la población: 1,5 millones de personas necesitan este año asistencia humanitaria debido a la desnutrición, de ellos un millón son niños al borde de la desnutrición grave. La mortalidad infantil antes de los cinco años es elevadísima: uno de cada siete niños muere antes de cumplir esa edad. Además están las enfermedades transmisibles, como el cólera, el sarampión y las enfermedades diarréicas, que se propagan fácilmente en las condiciones de hacinamiento y falta de agua limpia y saneamiento en las que viven muchos desplazados, que se asientan en campamentos informales.

5- Desplazamiento a las grandes ciudades

La violencia y el clima extremo está obligando a la gente a trasladarse a las zonas urbanas para buscar ayuda. Muchos migrantes urbanos viven en campamentos o asentamientos informales y tienen acceso limitado a la información sobre sus derechos y los servicios disponibles. La gente se establece en refugios improvisados ​donde pueden o les dejan, lo que les pone en riesgo de violencia, explotación, abuso y enfermedades.

La necesidad de espacio, comida, agua y refugio ejerce presión sobre los recursos en las zonas urbanas. La capacidad de las comunidades de acogida se ve sobrepasada, lo que provoca desalojos forzosos y más vulnerabilidad entre las poblaciones desplazadas.

Durante muchos años, los somalíes también han huido a países vecinos como Kenia, Etiopía, Uganda y Yemen. Ahora muchos refugiados están regresando, sobre todo por la violencia en los países donde habían buscado refugio, como Etiopía y Yemen.

6- Refugiados de otros países

A pesar de la situación del país Somalia también recibe refugiados, sobre todo de Etiopía y Yemen. Actualmente hay cerca de 40.000 refugiados de esos dos países. En los próximos meses más de 90.000 somalíes retornarán de Kenia y Yemen, donde habían buscado refugio.

7- Mujeres, niños y niñas y minorías, los más vulnerables

Las mujeres, los niños y los miembros de grupos minoritarios son particularmente vulnerables durante los desplazamientos de población.

Las mujeres y las niñas, especialmente las que viven en asentamientos urbanos informales, corren el riesgo de sufrir violencia de género y, a menudo, tienen menos acceso a oportunidades para ganarse la vida. La falta de infraestructura suficiente obliga a muchas mujeres y niñas a caminar por zonas peligrosas para encontrar agua o leña, exponiéndolas a riesgos adicionales.

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