En los últimos diez días más de 100.000 desplazados han buscado refugio en ciudades ya saturadas por desplazamientos anteriores
Héctor Alonso
Los combates que se están extendiendo en la República Democrática del Congo (RDC) están provocando oleadas de refugiados -más de 100.000 en los últimos diez días- que están buscando refugio en ciudades ya saturadas por los desplazamientos de población anteriores (más de 200.000 en los últimos meses).
Con lo puesto, los desplazados, sobre todo mujeres y niños, están alojándose en campamentos improvisados y muy precarios, sin ningún tipo de seguridad ni instalaciones sanitarias, acceso a agua potable o asistencia médica.
Los combates están enfrentando a las fuerzas armadas congoleñas y al grupo M23, cada vez más intensos desde el 20 de octubre en el territorio de Rutshuru, en Kivu Norte, cerca de la ciudad de Goma.
UNICEF ha advertido de las condiciones de los campamentos improvisados: «además de la amenaza del cólera los niños y niñas corren el riesgo de sufrir violencia de género o sexual» en instalaciones hacinadas.
En marzo de este año los combates en esa región ya provocaron la huida de más de 200.000 personas.
UNICEF ha identificado a cerca de 190 niños separados de sus familias durante la huida. Hasta el momento han conseguido localizar a las familias de 80 de ellos.
Una de las prioridades de las organizaciones que trabajan en la zona es proporcionar agua potable, letrinas, salud y nutrición a los desplazados, para evitar el brote de enfermedades o incluso muertes por desnutrición. También se está intentando reabrir las escuelas para que los niños y niñas no queden fuera del sistema educativo si la situación se prolonga.
