Myanmar tuvo «intención genocida» hacia los rohingya, según la ONU

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La ONU cree que la cúpula militar de Myanmar deberá ser juzgada por crímenes contra la Humanidad

En un informe la ONU cree que la actuación militar, que incluyó la destrucción de aldeas, matanzas y violaciones, «fue totalmente desproporcionada con respecto a las amenazas reales a la seguridad».

Duras críticas al papel de Facebook y de la premio Nobel de la Paz Suu Kyi

Héctor Alonso 

El ejército de Myanmar llevó a cabo asesinatos masivos y violaciones colectivas de mujeres, niñas y niños rohingya con «intención genocida», por lo que el comandante el jefe del ejército de Myanmar y cinco de sus generales deberían ser procesados por crímenes contra la Humanidad, según el informe que la ONU ha publicado hoy. El informe, al que el gobierno de Myanmar (antigua Birmania) no ha respondido incluye graves acusaciones contra la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi y críticas al papel de Facebook en el desarrollo de la crisis, por no impedir los mensajes de propagación de odio contra la minoría musulmana.

El gobierno dirigido por Aung San Suu Kyi permitió que el discurso de odio avanzara, destruyó documentos y no protegió a las minorías de crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra cometidos por el ejército en los estados de Rakhine, Kachin y Shan, según el durísimo informe elaborado por especialistas e investigadores de la ONU. Al no impedir estos hechos, contribuyó a que el ejército, que mantiene aún mucho poder en la antigua Birmania,  «llevara a cabo crímenes atroces», apoyados por milicias de extremistas budistas, dice el informe.

Los rohingya pertenecen a una minoría musulmana que vivía en el estado de Rakhine y que nunca ha sido reconocida como tal por Myanmar, hasta el punto que son considerados apátridas.

Hace un año el ejército birmano comenzó una brutal represión en el estado Rakhine de Myanmar en respuesta a los ataques cometidos por el Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA) contra una treintena de puestos de la policía y una base militar. Esta represión se saldó con la huida de más de 700.000 rohingya, que buscaron refugio al otro lado de la frontera, en Bangladesh, donde ahora viven en condiciones casi inhumanas en un gigantesco campo de refugiados. Los informes recogen la destrucción de las aldeas y de graves violaciones de los derechos humanos, como asesinatos y violaciones en grupo contra mujeres, niñas y niños.

Para los autores del informe, estos crímenes han sido tan graves como los que en otros sitios derivaron en juicios por crímenes contra la Humanidad, como la Antigua Yugoslavia o Ruanda.

En el informe final de 20 páginas dice que «hay suficiente información para justificar la investigación y el enjuiciamiento de los mandos del ejército,  para que un tribunal competente pueda determinar su responsabilidad por genocidio en relación con el situación en el estado de Rakhine».

El gobierno de Myanmar, que ha recibido una copia del informe, no ha reaccionado de momento.

El informe, firmado por el ex fiscal general de Indonesia Marzuki Darusman, cita al comandante en jefe del ejército de Myanmar, el general Min Aung Hlaing, y otros cinco generales, a quienes se debería juzgar por crímenes concretos, como el asesinato de diez hombres rohingya en la aldea de Inn Din, matanza documentada por dos periodistas de Reuters, que fueron detenidos en diciembre y esperan ser juzgados «por violar la Ley de Secretos Oficiales» del país. Sin embargo, siete soldados han sido condenados a trabajos forzados por participar en la masacre, lo que es una confirmación de que ésta se produjo.

Suu Kyi no hizo nada para impedirlo

El informe es muy duro con Aung San Suu Kyi, máxima mandataria civil de Myanmar y premio Nobel de la Paz: «no ha utilizado su posición de facto como Jefa de Gobierno ni su autoridad moral para frenar o prevenir los acontecimientos que se desarrollan o buscar vías alternativas para cumplir con la responsabilidad de proteger a los civiles». Desde hace algunos meses muchas organizaciones internacionales piden que se le retire el Premio Nobel por su responsabilidad moral en estos crímenes. La ciudad de Oxford le ha retirado ya el premio más importante que concede la ciudad, el Premio a la Libertad.

Tanto el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, como el máximo responsable de ACNUR,  Zeid Ra’ad al-Hussein, han calificado los actos contra los rohingya como un «ejemplo de libro de limpieza étnica».

El gobierno de Suu Kyi, por su parte, ha negado las denuncias de atrocidades cometidas contra los cuerpos de seguridad contra los refugiados y ha alegado que el gobierno ha construido centros de tránsito para facilitar el regreso de los rohingya, aunque ninguno ha querido regresar por falta de seguridad, falta de seguridad corroborada por organizaciones humanitarias y agencias internacionales.

Tribunal Penal Internacional

La intención del Consejo de Seguridad de la ONU es que todos los culpables rindan cuentas, o bien remitiendo a Myanmar al Tribunal Penal Internacional, o creando un tribunal ad hoc.

Además, el Consejo de Seguridad deberá adoptar sanciones específicas individuales, como la prohibición de viajar a otros países y la congelación de cuentas y activos de los responsables principales de los crímenes, así como imponer un embargo de armas a Myanmar.

Además del jefe del ejército, los cuatro generales que deberían ser procesados ​​son el  general Soe Win; el comandante de la Oficina de Operaciones Especiales-3, teniente general Aung Kyaw Zaw; el comandante del Comando Militar Regional del Oeste, el Mayor General Maung Maung Soe; y el comandante de la 99.ª División de Infantería Ligera, general de brigada Than Oo.

Para elaborar el informe, se entrevistaron a 875 víctimas y testigos en Bangladesh y otros países, y analizaron documentos, videos, fotografías e imágenes de satélites, que documentaban destrucciones de aldeas y fosas comunes.

Críticas a FACEBOOK

El informe critica el papel jugado por la red social Facebook en esta crisis, al haber sido utilizada para incitar al odio y la violencia contra los rohingya sin que se tomaran medidas efectivas para evitarlo. Facebook es con diferencia, el principal medio de comunicación social en Myanmar, y es utilizado con profusión por el gobierno, el ejército, los políticos y muchos líderes religiosos budistas, acusados de propagar el odio. Facebook ha reconocido su lentitud en actuar.

 

1 COMENTARIO

  1. Tardo en llegar la justicia a esta barbarie, pero parece que el camino emprendido es el correcto, espero que sean juzagados los cupables y se restituyan los derechos a este pueblo ademas de paliar sus necesidades mas acuciantes

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