Muchos de los enfermos permanecen encerrados en contenedores, sin ningún tipo de condiciones higiénicas ni sanitarias
Al menos un centenar de casos de COVID-19 han sido detectados en el campo de refugiados y solicitantes de asilo de Vathy, en Samos (Grecia), donde viven 4.300 personas. Según ha denunciado la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), las autoridades no están tomando las medidas adecuadas para aislar a los casos positivos ni para tratar a las personas que ya están desarrollando la enfermedad.
Según MSF en la isla de Samos no hay capacidad hospitalaria para tratar a los casos más graves, por lo que han pedido a las autoridades que trasladen a los enfermos a Grecia continental o a otros países de la Unión Europea.
Al menos diez de los pacientes se encuentran graves, y en el campamento, que no dispone de medios clínicos, solo hay un médico del ejército y tres enfermeras, ni instalaciones para aislar a los enfermos. Otros cuarenta pacientes corren el riesgo de desarrollar síntomas graves.
Muchas de las personas que viven en ese campamento se alojan en condiciones poco adecuadas y algunos de los enfermos están encerrados en contenedores, sin higiene adecuada, sin agua corriente ni baño e incluso sin colchones. Las condiciones en las que viven esas personas han sido descritas como «atroces».
