La suspensión del derecho de asilo en Grecia y la Europa paralizada

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Héctor Alonso

Los refugiados son utilizados de nuevo como peones mientras aumenta la tensión entre Turquía y Siria

Héctor Alonso

El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, del partido de centro derecha Nueva Democracia, anunció ayer en su cuenta de twitter la decisión de su gobierno de “aumentar al máximo el nivel de disuasión” de sus fronteras. Los últimos días las fronteras de Grecia recibieron la llegada de cientos de migrantes y refugiados que fueron rechazados con violencia, incluso usando gases lacrimógenos a pesar de la presencia de niños entre ellos.

Mitsotakis en su mensaje en su cuenta oficial de twitter, invoca el artículo 78.3 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea para suspender el derecho al asilo durante un mes. “A partir de ahora no aceptaremos ninguna nueva solicitud de asilo”. En la práctica quiere decir que a partir de ayer cualquier persona que haya entrado o entre en Grecia y solicite el derecho de asilo verá su solicitud denegada y será devuelto al último país en el que estuvo antes de llegar a Grecia. Es decir, Turquía.

¿Qué dice el artículo 78.3 del TFEU al que se ha acogido Grecia para suspender el derecho de asilo?

“Si uno o varios Estados miembros se enfrentan a una situación de emergencia caracterizada por la afluencia repentina de nacionales de terceros países, el Consejo podrá adoptar, a propuesta de la Comisión, medidas provisionales en beneficio de los Estados miembros afectados. El Consejo se pronunciará previa consulta al Parlamento Europeo”.

Parece que el caso de Grecia no se han cumplido los trámites previos: la Comisión no ha propuesto tal medida al Consejo, ni éste ha solicitado consulta previa al Parlamento Europeo, que no lo ha aprobado. Tampoco parece que nos encontremos en una situación de emergencia, aunque diversos medios de comunicación informan de que varios miles de migrantes, en su mayoría sirios, esperan en territorio turco para atravesar la frontera de Grecia, y que están siendo animados por la policía turca a que lo hagan. 

Grecia, por tanto, ha suspendido un derecho de forma unilateral, recogido en el artículo 18 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, que asume las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado de la Unión Europea y con el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. 

En este momento la ofensiva del ejército sirio y su aliada Rusia contra los rebeldes en su último bastión situado en la región de Alepo, está empujando a cientos de miles de personas hacia la frontera entre Siria y Turquía. Turquía acoge ya a más de cuatro millones de sirios y teme verse desbordada por la llegada de otro millón de nuevos refugiados. Turquía, de hecho, ha desencadenado varios ataques de artillería contra el ejército de Siria en las cercanías de la línea fronteriza para tratar de ralentizar su avance.

La llegada de nuevos refugiados sirios a Grecia podría ser una forma de presión de Turquía contra la Unión Europea, completamente paralizada ante el conflicto sirio, usando a los desdichados refugiados como moneda de cambio. La respuesta de Grecia es que devolverá a esos refugiados a Turquía. De nuevo, la insolidaridad con quienes huyen de la violencia y la guerra y la incapacidad europea para contribuir a acabar con una guerra tan cercana a sus fronteras. 

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