La ONU aprobó ayer una ayuda de 15 millones de dólares que se destinarán a financiar los primeros trabajos de las agencias internacionales que se encuentran en Indonesia, ayudando a las víctimas del terremoto y el tsunami del pasado 28 de septiembre. Se calcula que el terremoto, de 7,4 grados de intensidad, ha destruido más de 66.000 hogares, además de infraestructuras vitales, como carreteras y puentes en Sulawesi Central. Decenas de miles de personas necesitan ayuda inmediata, en forma de refugio, alimentos, ropa y agua.
Miles de personas no pueden regresar a sus hogares dañados o destruidos y las réplicas continúan. Si bien el Gobierno y los equipos de socorro trabajan incansablemente para brindar ayuda para salvar vidas, las necesidades siguen siendo enormes. El gobierno de Indonesia tiene experiencia y está bien equipado para manejar desastres naturales, pero en este caso necesita ayuda externa. Dada la magnitud y la complejidad de esta emergencia, las agencias de las Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias están trabajando en estrecha colaboración con las contrapartes gubernamentales para brindar asistencia para salvar vidas. Los fondos del CERF (Fondos de Respuesta a Emergencias) apoyarán a las agencias de la ONU que ya están en el terreno para ayudar a responder a las prioridades clave identificadas por el Gobierno y asistir a las decenas de miles de personas necesitadas.
Los informes recogen que muchas clínicas y hospitales están dañados y sobrecargados. Una prioridad son las mujeres y las niñas, especialmente vulnerables en este tipo de situaciones, según ha informado la ONU.
Los fondos del CERF permitirán que las agencias de las Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias apoyen la respuesta dirigida por el gobierno en las áreas de logística, vivienda, agua potable y saneamiento, atención médica, coordinación y gestión de campamentos, medios de vida de emergencia y servicios de protección.
Establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2005 como un fondo global, el CERF es ayuda a las agencias y organizaciones que están en el terreno a poner en marcha o reforzar las actividades de emergencia. Desde su creación, el fondo ha ayudado a cientos de millones de personas, destinando más de 5.000 millones de dólares en 100 países.