Irak: cientos de miles de personas siguen desaparecidas tras décadas de guerra

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Casi todas las familias iraquíes tienen algún miembro desaparecido

Tras décadas de guerra y violencia cientos de miles de iraquíes permanecen desaparecidos, hasta el punto de que la práctica totalidad de las familias tienen algún familiar cuya suerte se desconoce. Irak tiene una de las cifras de desaparecidos más alta del mundo.

El pasado viernes los iraquíes conmemoraron el Día Internacional de los Desaparecidos, y pidieron al primer ministro del país ayuda para localizar a sus familiares. También al Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (CICR), que recibe con regularidad peticiones de información por parte de las familias, que no se rinden. Acuden a organizaciones internacionales en busca de información, buscan en fosas comunes, en depósitos de cadáveres…

El problema es global y se extiende a muchos países. El CICR sigue los casos de 145.000 personas desaparecidas en todo el mundo, aunque esta cifra es una pequeña parte de todas las personas que se cree desaparecidas en todo el mundo.

En Sudán del Sur el CICR sigue más de 4.200 casos de personas desaparecidas, muchas de las cuales se vieron obligadas a huir de la violencia y perdieron el contacto con la familia. El CICR ha registrado 451 personas desaparecidas en Sudán del Sur este año.

En Ucrania, más de 1.500 familias han pedido al CICR que ayude a aclarar el destino de un pariente desaparecido desde el comienzo del conflicto actual. Alrededor de 770 familias siguen buscando.

En Bosnia-Herzegovina, Croacia, Serbia y Kosovo, unas 35.000 personas desaparecieron como resultado de conflictos armados en la ex Yugoslavia. Más de 20 años después, las familias de más de 10.000 personas desaparecidas aún no saben que fue de su suerte.

Nigeria, Yemen, Irak, Afganistán y Siria representan la mayoría de los casos desaparecidos más recientes del CICR. También hay casos muy antiguos en lugares como Sri Lanka, los Balcanes occidentales y Líbano.

Las personas que viven durante décadas sin respuestas sobre sus seres queridos enfrentan consecuencias devastadoras, que incluyen sufrimiento emocional, dificultades económicas y obstáculos administrativos y legales.

«Cuando una persona desaparece, su familia sufre una angustia inimaginables, por lo que aclarar el destino de las personas desaparecidas es un acto humanitario», explicaMartin Schuepp, director del CICR para Europa y Asia Central. “Volver a conectar a las familias es tan importante para nuestra misión como proporcionar alimentos, refugio o agua. Las personas a las que ayudamos con frecuencia nos dicen que su prioridad absoluta es saber si sus seres queridos están a salvo”.

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