Aunque existen ya muchos manuales y guías del usuario sobre análisis social, la mayoría descuidan su aplicación en la agricultura y la inversión rural. Un 75 por ciento de los pobres en los países en desarrollo viven en zonas rurales, y sus ingresos están directa o indirectamente vinculados a la agricultura.
«El hambre, la desnutrición y la pobreza están vinculados normalmente a la falta de acceso a los recursos productivos, oportunidades de ingresos, educación y redes de seguridad social eficaces. Las guías de análisis social son un conjunto de herramientas para comprender los múltiples factores que afectan a los medios de vida de la población rural y para identificar vías de escape de la pobreza, la vulnerabilidad y la inseguridad alimentaria «, afirmó Ida Christensen, socióloga rural del Centro de Inversiones de la FAO.
«A fin de formular políticas y programas eficaces, tenemos que hacer preguntas del tipo: ¿cómo define la pobreza la gente en una determinada comunidad o familia?; ¿cómo afectan la pobreza y la vulnerabilidad de manera diferente a las personas en las zonas urbanas/rurales, o en los hogares encabezados por mujeres o por hombres?; ¿cómo afecta el género o la edad de una persona a su carga de trabajo y su capacidad de acceder y controlar los recursos de subsistencia?; ¿cómo influyen estos factores en la exposición de una persona a la información y la autoridad para opinar? o ¿cómo afecta la enfermedad y la discapacidad a la resistencia de una familia a las crisis?» explicó Christensen.
La primera guía, la Guía del administrador, está dirigida a los directores de proyectos y jefes de equipo, y su objetivo es aumentar su conocimiento del análisis social y sus habilidades en su aplicación a la agricultura y el desarrollo rural.
Existen otras dos guías destinadas a los responsables de llevar a cabo el análisis social: la Guía del profesional aporta el marco conceptual para el análisis social y el diseño de las actividades del proyecto en base a los resultados. Aporta un examen más detallado sobre la forma de utilizar el marco de los medios de vida sostenibles para entender la dinámica de la pobreza rural y los medios de subsistencia, qué puntos de partida utilizar para la realización de análisis social, qué tipo de aportaciones se pueden hacer al diseño del proyecto, y cómo realizar el seguimiento de los aspectos sociales durante la ejecución del proyecto y evaluar su impacto social.
Por otro lado la Guía de campo ofrece listas de verificación e información práctica sobre cómo llevar a cabo el trabajo de campo. Incluye orientación sobre cómo integrar el análisis social en las misiones, cómo hacer la recolección de datos a nivel nacional, regional y de distrito, la forma de recoger información en reuniones comunitarias, discusiones de grupos focales y entrevistas individuales a las familias, e informa sobre las herramientas de campo más adecuadas para el análisis social de los proyectos de inversión.