Han perdido sus medios de vida y ahora dependen de la ayuda humanitaria
El incremento de la violencia en Mozambique y los ataques perpetrados por grupos armados en la provincia de Cabo Delgado ha provocado la huida de más de medio millón de personas, según el gobierno mozambiqueño. Estas personas se han quedado sin medios de vida al haber tenido que abandonar hogares, trabajos y cultivos, y dependen ahora de la ayuda humanitaria.
Las comunidades de acogida, ciudades como Pemba, no están preparadas para garantizar el bienestar de los desplazados, especialmente en el contexto de la pandemia y frente a las fuertes lluvias que llegarán dentro de poco y que en los últimos años han provocado gravísimas inundaciones en el país.
En Cabo Delgado la población ha quedado expuesta a la violencia y los abusos y con acceso limitado a los alimentos. La inseguridad de la zona y las malas infraestructuras dificultan aún más atender a esa población, por lo que diversas organizaciones internacionales -FAO, OIM. ACNUR o el Programa Mundial de Alimentos- se están coordinando para tratar de evitar que la situación empeore.