Cientos de migrantes abandonados a la intemperie en Bosnia-Herzegovina

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Tras el incendio de un campamento el 23 de diciembre centenares de migrantes viven en tiendas a pesar de las bajas temperaturas

Desde que el pasado 23 de diciembre un incendio destruyera un campamento provisional de migrantes en el noroeste de Bosnia-Herzegovina, centenares de personas viven en condiciones poco adecuadas a pesar de las bajas temperaturas de la zona: alojados en tiendas de campaña precarias y sin condiciones para soportar el frío.

La organización Human Right Watch ha pedido al gobierno bosnio que proporcione un alojamiento adecuado a estos migrantes y solicitantes de asilo, que están soportando «condiciones espantosas». También ha pedido que reciban asistencia médica y acceso a la higiene, saneamiento y agua corriente.

El campamento en el que vivían hasta Navidad ya carecía de los servicios básicos adecuados, como alcantarillado o saneamiento, a pesar de que llevaba funcionando desde abril de 2020. La encargada de ese campamento era la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que había reiterado en varias ocasiones lo inadecuado de las instalaciones al gobierno. El fuego, que se inició el mismo día en el que la OIM decidió que había que cerrar el campamento, ha dejado a más de 1.200 personas a la intemperie.

Los migrantes y solicitantes de asilo que vivían allí aguardaban la entrada en Croacia o recibir el estatuto de refugiado o solicitante de asilo. Croacia cerró sus fronteras y utilizó la violencia para impedir la entrada en su territorio de estas personas, violando la legislación europea sobre migrantes y solicitantes de asilo.

De las 1.200 personas que se quedaron sin refugio, 350 se costearon por su cuenta el billete de autobús para trasladarse a Sarajevo, a otro campamento. el resto, unas 850 personas, se han quedado abandonadas en la zona.

Las dificultades para mantener la higiene y la distancia social para evitar la propagación del coronavirus hacen muy difícil evitar los contagios, según las organizaciones que trabajan con estas personas.

Diversas autoridades europeas, como el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell, han instado al gobierno bosnio a que reabra el campamento de Bira. Además, el gobierno bosnio había recibido 28,5 millones de euros de la UE para gestionar la migración y ofrecer refugio a estas personas. Desde 2018 Bosnia ha recibido 88 millones de euros y la UE exige que se empleen en la materia para la que han sido entregados.

 

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