
Más de 270 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda por la crisis económica provocada por la COVID-19. La inseguridad alimentaria aguda es cuando una población no dispone de alimentos y su vida está en peligro.
La causa es la grave crisis económica provocada por la pandemia por COVID-19, especialmente en áreas geográficas ya afectadas por conflictos armados, recesión económica o efectos del cambio climático, como las sequías o las inundaciones.
Según estos datos, la situación ha empeorado desde que se hizo la última estimación, en junio. Actualmente 271,8 millones de personas están en esa situación o al borde de estarlo, lo que supone un peligro para su supervivencia. Para responder, el PMA ha puesto sus recursos para atender a casi 97 millones de personas. A mediados de año eran 85 millones, lo que demuestra cómo ha empeorado la situación. También se ha ampliado el número de países donde se está prestando ayuda alimentaria: de 15 países en 2019 a 39 países en este momento. Solo en los nueve primeros meses de 2020 ha recibido ayuda casi tanta gente como en todo 2019.
En cuanto a las transferencias de efectivo a finales de octubre se entregaron 1.700 millones de dólares a población vulnerable de 67 países. En año pasado se aplicó ese programa a 61 países. Trece millones de escolares han tenido que recibir tratamiento de prevención de desnutrición.
A pesar del aumento de las donaciones -403 millones de dólares desde septiembre- el PMA necesitará al menos 7.700 millones de dólares hasta abril de 2021, la mitad de cuya cifra aún no está cubierta.