- Por primera vez se activa el nuevo mecanismo financiero que libera fondos de emergencia para evitar una pandemia, en respuesta al brote de ébola en la República Democrática del Congo
- Se financia con bonos vendidos en el mercado, y funcionan como una póliza de seguros
La estrategia para detener el nuevo brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC) ha recibido una inyección de 12 millones de dólares procedentes del nuevo fondo del Banco Mundial. Si se llegara a propagar a otros países, se liberarían varios cientos de millones de dólares para tratar de controlar lo que sería una nueva epidemia. En 2014 más de 30.000 personas contrajeron la enfermedad en Sierra Leona, Liberia y Guinea, de los que murieron más de 11.000.
El Fondo para el Financiamiento de Emergencia Pandémico (PEF) se creó después de la epidemia de Ébola en África Occidental 2013-2016, que sólo pudo ser controlada tras 11.000 muertos y cerca de 3.000 millones de dólares de gastos. Para el Banco Mundial disponer de fondos de forma inmediata proporciona un nuevo modelo para la respuesta epidémica, a esta y otras enfermedades.
Desde que apareció el primer caso de este brote en la RDC el 8 de mayo en una zona rural, se han ido reportando nuevos contagios y muertes. La alarma saltó cuando aparecieron casos en la ciudad de Mbandaka. Hasta el momento se han confirmado 35 casos y 12 muertes.
Los esfuerzos para contener el brote se centran en una campaña de vacunación con una vacuna experimental, aumentar la vigilancia y localizar los casos de infección y las personas con las que han estado en contacto; prevenir nuevas infecciones, particularmente fomentando entierros seguros; concienciar sobre los riesgos entre las comunidades locales y mejorar la preparación en los países vecinos.
El 22 de mayo se lanzó un plan de respuesta de tres meses, diseñado por las autoridades sanitarias de la RDC con apoyo internacional y al día siguiente se liberaron 12 millones de dólares. El plan costará un total de 56 millones. El objetivo es trabajar lo más rápido posible para evitar la extensión del virus.
La disponibilidad de fondos ha permitido que el ministerio de Salud de la RDC se pueda concentrar en la respuesta, sin preocuparse del coste.
¿Cómo funciona el PEF?
Cualquiera de los 77 países de bajos ingresos podrían obtener dinero de ese fondo si se ven afectados por un brote epidémico y la OMS da luz verde al plan de respuesta. Los doce millones liberados para la RDC serán administrados una parte por el gobierno y otra por las Agencias de la ONU, de momento la OMS, UNICEF y el Fondo de Población de Naciones Unidas-UNFPA. Los fondos han sido aportados por Alemania y Japón, aunque se esperan más donantes.
Para los expertos, disponer de fondos de forma inmediata es crucial, y evitará que los retrasos en hacerlo acaben costando miles de millones, como sucedió con última epidemia. Este fondo, en realidad, es una póliza de seguro gigante, que cubre a los 77 países miembros más pobres del Banco Mundial. Los pagos se activan si ciertos tipos de brotes de enfermedades se propagan a varios países y superan los umbrales preestablecidos de mortalidad y velocidad de la muerte.
Si, en el caso del ébola, por ejemplo, se produjeran 250 muertes en dos países (más de 20 veces el número de muertes confirmadas actual), los desembolsos crecería de forma importante. Los inversores privados pueden comprar bonos que respaldan esos fondos y obtener intereses, aunque también pueden sufrir pérdidas si los brotes o epidemias son demasiado grandes. Los países donantes, Japón y Alemania, junto con el Banco Mundial, pagan las primas. La inversión es de 37 millones de dólares anuales, que asegurarían al menos un coste de 500 millones de dólares.
Otras enfermedades incluidas en este “seguro” son Influenza pandémica (virus influenza A), Coronavirus (SARS o MERS), Filovirus (Ébola, Marburg), fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, fiebre del Valle del Rift y fiebre de Lassa.
Éxito
El Banco Mundial advierte a los inversores que en casos extremos, como un gran brote mundial de influenza, por ejemplo, los inversores podrían perder lo invertido, algo que no ha asustado a los inversores, ya que los intereses que se están pagando son elevados (tasa de interés interbancaria del 11,5 por ciento). De hecho, la oferta por dichos bonos duplicó la demanda. El éxito ha sido tal que ya se está preparando el diseño de una siguiente oferta e incluso se está estudiando en el diseño de un modelo de seguro similar para las hambrunas.