Los solicitantes de asilo que tratan de obtener la documentación en el único centro que lo tramita en Madrid, la Brigada de Extranjería de Aluche, están recibiendo notificaciones para dentro de hasta dos años. Quien se haya acercado hasta el lugar donde se solicita este trámite, habrán podido ver largas colas, que permanecen incluso por la noche. Sólo se atienden a 80 personas al día, y los que aguardan, que necesitan los papeles de notificación de inicio del trámite para poder llevar una vida sin temor a ser detenidos e internados en un CIE, no se atreven a marcharse hasta que son atendidos, aunque tengan que permanecer hasta dos días en la cola.
Sin embargo, la pesadilla no termina una vez que han logrado acceder a la oficina. Allí reciben una notificación que les emplaza a regresar mucho más tarde, desde varios meses hasta dos años. España concede el asilo con cuentagotas, aunque muchos de los que esperan en la cola proceden de países de los que se marcharon huyendo de la violencia. Según datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) hay 45.000 solicitudes pendientes de resolver. Muchas de esas solicitudes no se concederán.
El actual atasco y las largas colas se deben a la supresión de la cita previa telefónica, que evitaba las largas colas y que familias enteras tuvieran que permanecer a la intemperie para obtener uno de los 80 números que se reparten cada día. Tal es la situación que el Defensor del Pueblo ha iniciado la elaboración de un informe de lo que es una violación del derecho de asilo.
No es admisible que en un estado de Derecho se pongan trabas a lo que es un derecho reconocido por los tratados internacionales y el ordenamiento jurídico internacional. Y no es admisible tampoco empujar a miles de personas a permanecer en la ilegalidad durante tanto tiempo impidiéndoles acceder a un trabajo o a una vivienda, y poniéndoles en riesgo de ser internados en un CIE y expulsados.
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