Día Internacional del Chagas: el largo camino por delante
Unni Karunakara, presidente internacional de Médicos Sin Fronteras, con motivo del Día Internacional del Chagas -celebrado el pasado sábado-, describe la situación de la investigación y acceso a las terapias para luchar contra la enfermedad de Chagas.
En los últimos años se han registrado grandes avances en la lucha contra el Chagas, una enfermedad tropical que afecta a cerca de 10 millones de personas en América Latina. Son buenas noticias para los que sufren esta enfermedad olvidada, y también para Médicos Sin Fronteras (MSF), ya que desde hace varios años estamos trabajando para mejorar el acceso a los medicamentos existentes para el Chagas, y abogando por más investigación y desarrollo de nuevos métodos, diagnósticos y tratamientos.
El último de estos avances fue anunciado el mes pasado, cuando Argentina se convirtió en el segundo productor mundial de benznidazol, el principal medicamento utilizado para tratar el Chagas, gracias a un esfuerzo conjunto del Ministerio de Salud argentino y de la Fundación Mundo Sano. Éste fue el último de una serie de logros en la batalla contra esta enfermedad.
La demanda de tratamiento ha aumentado significativamente en los últimos tiempos, ya que ahora también se administra a los adultos y no sólo a los niños, como venía siendo habitual. Nuevas evidencias médicas también han demostrado los beneficios de la terapia con benznidazol para pacientes en la etapa crónica de la enfermedad. Paralelamente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió dos resoluciones sobre el mal de Chagas enfocadas al tamizaje y al tratamiento de pacientes.
El año pasado tuvimos más noticias alentadoras con respecto al Chagas: una nueva formulación de benznidazol en dosis pediátrica fue registrada en Brasil, un proyecto que contó con el apoyo de la iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DND, por sus siglas en inglés). Hasta entonces, no había una formulación específica adaptada para niños, a pesar de que la tasa de recuperación es más alta en los menores por llevar menos tiempo infectados.
Otros desarrollos están en proceso: MSF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) están involucradas en un estudio conjunto para simplificar el diagnóstico con test rápidos. Si el resultado es positivo, la detección de casos entre mujeres embarazadas y en comunidades remotas afectadas por Chagas podría aumentar.
Una enfermedad silenciosa y silenciada
Todos estos pasos son importantes. Sin embargo, con motivo del Día Internacional del Chagas, el 14 de abril, es necesario recordar que aún queda un largo camino por recorrer en la lucha por poner esta enfermedad silenciosa y silenciada en las agendas de los organismos capaces de combatirla. Para priorizar a las poblaciones olvidadas que la sufren, se necesitan más políticas, financiación e investigación.
Los programas de Chagas en el continente americano actualmente dependen de un único laboratorio que produce benznidazol, el laboratorio público brasileño Lafepe (Laboratorio Farmacéutico del Estado de Pernambuco)-, ya que Argentina aún no lo ha comenzado a producir para exportación. Tener solamente un productor puede implicar riesgos de abastecimiento, tal como ocurrió el pasado octubre, cuando una escasez del medicamento y la posibilidad de ruptura de stock forzaron a MSF a suspender el inicio de nuevos programas de Chagas en Bolivia y a reducir por un tiempo el diagnóstico de nuevos pacientes en Paraguay. A día de hoy, el suministro todavía no está garantizado en varios países.
Si bien el anuncio de la producción de benznidazol en Argentina es alentador como un paso más para compensar la vulnerabilidad asociada a la existencia de un productor, esta noticia no puede hacernos perder de vista la necesidad de dedicar un mayor esfuerzo a la investigación y desarrollo de nuevos fármacos para el Chagas. El benznidazol y el nifurtimox, el otro medicamento usado para tratar esta enfermedad, fueron desarrollados hace más de 40 años y, aunque son manejables bajo supervisión médica, pueden tener efectos secundarios.
Test de cura tras el tratamiento
También es necesario contar con un test de cura para confirmar que el parásito ha dejado el cuerpo del paciente después de recibir tratamiento. Sin ello es difícil convencer a las personas de que sigan el tratamiento. Para los pacientes también es duro vivir sin saber si el medicamento ha sido efectivo y, además, no se puede evaluar la eficacia de nuevos fármacos. Actualmente hay pocas iniciativas destinadas a encontrar un test que pueda confirmar la cura más rápidamente.
Para alcanzar este fin se requieren compromisos e inversiones a largo plazo que en este momento no se están produciendo. La falta de esfuerzos para combatir el Chagas causa 12.500 muertes cada año y amenaza la vida de millones de personas que viven con esta enfermedad sin siquiera saberlo, desde Argentina hasta Estados Unidos.
El Chagas cobra un rostro humano con historias como la de Pamela, que fue atendida en una clínica de MSF en Cochabamba, Bolivia. Pamela transmitió el parásito a sus dos hijos durante el embarazo porque no sabía que ella misma lo portaba. «Llevé a mis hijos al centro de salud y dos semanas después me confirmaron que los tres habíamos dado positivo. Cuando llegué a casa rompí a llorar porque mis hijos estaban enfermos por mi culpa», recuerda. La historia de Pamela se repite a diario en áreas rurales del continente. Afortunadamente, ella y su familia pudieron recibir atención gratuita en una clínica de MSF y no sufrir las secuelas del Chagas.
Pero otros miles que no tienen la misma posibilidad no han recibido tratamiento. En 2009, coincidiendo con el centenario del descubrimiento de la enfermedad, MSF lanzó la campaña Rompe el silencio para crear conciencia sobre este problema y apelar a los gobiernos a priorizar el acceso al diagnóstico y tratamiento de los afectados. A pesar de que se han hecho avances en estos años, hoy nos vemos frente a la necesidad de reiterar este llamamiento. Es necesario seguir levantando la voz para que el Chagas deje de causar tantas muertes evitables.
Publicado en Diario Médico 16/04/2012