La guerra de Yemen ha provocado el desplazamiento en el interior del país de más de dos millones de personas, tres cuartas partes de las cuales son mujeres y menores de edad. La mayoría lleva más de tres años fuera de sus hogares, sin recursos, dinero, vivienda, acceso a una alimentación adecuada, medicamentos o incluso agua.
La mayoría de estas personas sobreviven mendigando alimentos y viven en alojamientos improvisados en edificios sin terminar. No tienen combustible ni forma de combatir el frío. Es el caso de Asrar, que perdió a su marido y sobrevive en una vivienda improvisada en Ibb, en un edificio sin terminar donde no puede escapar del frío. Ella y sus hijos pasan hambre y no tienen acceso a medicamentos cuando enferman.
En la ciudad de Ibb hay más de medio millón de desplazados, el 25 por ciento de todos los desplazados del país. Para los representantes de la Organización Mundial de la Salud, este colectivo está pasando por privaciones y sufrimientos inimaginables, “que afectan gravemente a su salud física y mental”, según el doctor Nevio Zagaria, representante de la OMS en Yemen.
Guerra interminable
Cientos de miles de desplazados internos de Taiz, como Asrar, no pueden regresar a sus hogares debido a los enfrentamientos en diferentes partes de la ciudad. A medida que la situación financiera se sigue deteriorando, la mayoría de los desplazados internos tienen cada vez más dificultad para encontrar trabajo o alguna fuente regular de ingresos.
En Yemen, el número de personas necesitadas de ayuda humanitaria ha aumentado dramáticamente. Alrededor de 22,2 millones de personas necesitan algún tipo de asistencia humanitaria. La OMS, con el apoyo de algunos países, como Japón, ha enviado 13 equipos médicos móviles a Yemen para proporcionar servicios de atención primaria de salud a los necesitados, incluidos miles de desplazados internos.
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