Pilar Estébanez, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Humanitaria
La sociedad española debería estar horrorizada después de enterarse de que un centro en el que viven niños se encontró una granada, en lo que es claramente un atentado con una intencionalidad clara: rechazo a niños que viven en nuestro país y que se encuentran solos. Son menores y son vulnerables. Sin embargo asistimos a un vergonzoso paripé entre los partidos que gobiernan Madrid para eludir la condena directa del partido que está provocando que estas cosas pasen.
El discurso de odio que Vox lleva meses propagando -acusaciones de que son delincuentes que roban, agreden y violan- se ha transformado ya en agresiones directas: palizas en la calle, insultos y cosificación. Ya no no son niños, son «menas», un término que no deberíamos aceptar y que reduce a estos niños a un subgrupo social sospechoso y estigmatizado.
Deberíamos recordar a los racistas y xenófobos de Vox que la obligación de nuestro país es proteger a esos niños en cumplimiento de las Convenciones Internacionales y la legislación europea que nuestro gobierno debe respetar. Y deberíamos insistir en que esos niños no pueden ser expulsados a la calle sin una alternativa una vez que alcancen la mayoría de edad, dejándoles a su suerte, sin vivienda, ingresos o posibilidades de integrarse socialmente.
Deberíamos recordar a ese partido que en su dirección sí hay personas denunciadas por incumplir la ley en el ejercicio de su profesión, como Rocío Monasterio y Espinosa de los Monteros, que construyen y venden viviendas sin cumplir la legislación y que han sido denunciados por estafa.
Deberíamos recordarles que cada vez que acusan a niños de ser delincuentes les están poniendo una diana para que los racistas y xenófobos vayan a por ellos. De los insultos hemos pasado a las agresiones y palizas, y de las palizas a un atentado. El día que muera el primer niño tengan por seguro que sabremos quiénes son los responsables.
Dejad a los niños en paz.