Creada una reserva mundial de vacunas contra el ébola

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Esta reserva permitirá responder con rapidez a cualquier brote para evitar su extensión

Héctor Alonso

Aunque el ébola ha dejado de ser noticia desde la aparición del virus de COVID-19, se continúa luchando contra esta enfermedad vírica que tiene una altísima tasa de letalidad -puede llegar hasta el 90 por ciento, según la Organización Mundial de la Salud-. La vacuna ha empezado a utilizarse ya en la República Democrática del Congo, que ha registrado varios brotes en los últimos años. Para garantizar una rápida respuesta a cualquier brote -vital para luchar contra una enfermedad que es muy contagiosa- se ha creado una reserva de vacunas que estarán disponibles en cuanto se detecten los primeros casos.

La reserva ha sido creada con la colaboración de  UNICEF y la OMS por parte de la ONU, y por la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y Médicos Sin Fronteras, las dos organizaciones más grandes en la asistencia humanitaria. Esta colaboración cuenta con el apoyo financiero de Gavi, la Alianza para las Vacunas. La reserva será custodiada en Suiza y disponible para el país que la solicite en 48 horas tras la decisión de autorizar su uso, que se tomará, asimismo, en menos de 48 horas.

La vacuna, desarrollada por Merck, fue autorizada por la Agencia Europea del Medicamento en 2019 y precalificada por la OMS. Su uso ha sido autorizado por ocho países africanos.

Antes de su autorización se aplicó a más de 350.000 personas en Guinea Conakry, uno de los países más afectados por la epidemia de 2014, que mató a miles de personas en ese país, además de en Sierra Leona y Liberia. También ha sido usada para contener los brotes de la República Democrática del Congo entre 2018 y 2020 bajo el protocolo de «uso compasivo».

La efectividad de esta vacuna está fuera de dudas, como se ha demostrado sobre el terreno y formará parte de otras reservas de vacunas, como las de la fiebre amarilla, la meningitis y el cólera.

Al igual que algunas de las vacunas contra la COVID-19, la vacuna contra el ébola debe ser guardada a temperaturas muy bajas -80 grados bajo cero-. En la última ocasión que fue usada -el pasado mes de noviembre fue aplicada a más de 40.000 personas en la RD Congo- se comprobó que era posible conservarla a esa temperatura durante al menos una semana en sitios carentes de electricidad gracias a un sistema de embalaje efectivo aunque de bajo coste.

Está previsto que esta reserva irá aumentando desde las casi 7.000 dosis iniciales hasta las 500.000 dosis en los próximos dos o tres años, la cifra que se considera óptima.

 

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