Más de 117 millones de niños de 37 países podrían quedar sin vacunar contra el sarampión por la propagación del COVID-19
En 2018 murieron 140.000 personas, la mayoría niños, por sarampión
Héctor Alonso
Una de las consecuencias de la extensión por todo el mundo del coronavirus que provoca la enfermedad COVID-19 es el retraso o paralización de las campañas contra el sarampión y que podrían provocar que más de 117 millones de niños de 37 países quedaran sin inmunizar. El sarampión es una enfermedad que causó la muerte de 140.000 personas, la mayoría niños y bebés, en 2018.
Por el momento, en 24 países se ha retrasado ya la campaña de vacunación y más se sumarán, debido al desafío que está suponiendo la nueva pandemia, que está absorbiendo los recursos económicos y humanos en muchos países.
Para tratar de minimizar los efectos de la no inmunización la Organización Mundial de la Salud y su Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización ha aprobado una serie de directrices. Entre ellas, pausar temporalmente las campañas de inmunización en aquellas zonas donde no haya un brote activo de sarampión o tener en cuenta si el riesgo de transmisión de COVID-19 en las zonas donde vacunar es alto.
Si en una zona no es posible vacunar por la extensión del COVID-19 la OMS recomienda identificar a los niños que están sin vacunar para poder hacerlo en cuanto sea posible.
Aumento de casos y de mortalidad
A pesar de ser una enfermedad prevenible a través de una vacuna segura, efectiva, barata y disponible, lo cierto es que los casos de sarampión y las muertes debidas a sus complicaciones han aumentado en los últimos años. Solo en 2018 murieron 140.000 personas, la mayoría niños y bebés. El riesgo mayor de morir por sarampión lo tienen los niños menores de 12 meses. Por esa razón cada día que pasan sin vacunarse aumenta el riesgo de contraer la enfermedad.