- La Cruz Roja advierte sobre una «crisis alimentaria en toda regla» debido a la ola de calor
- A pesar del agravamiento de la crisis alimentaria, la ayuda humanitaria se ha paralizado por las sanciones norteamericanas
La ayuda humanitaria para Corea del Norte casi se ha detenido este año debido a la intensificación de las sanciones puestas en marcha por Estados Unidos, que se han traducido en un bloqueo que impiden su llegada al país, sumido en una grave crisis alimentaria por la ola de calor.
Las sanciones internacionales impuestas sobre los programas de armas nucleares de Corea del Norte técnicamente no afectan las actividades humanitarias, por lo que Naciones Unidas han adoptado una propuesta norteamericana que debería simplificar los trámites para aprobar el envío de ayuda humanitaria.
Pero las estrictas interpretaciones de las sanciones de Estados Unidos que restringen las transacciones bancarias y navieras con Pyongyang, así como una prohibición de viajar para ciudadanos estadounidenses, han cerrado de facto las operaciones de la mayoría de las agencias y ONG en Corea del Norte.
La prohibición del envío de cualquier objeto metálico, desde instrumentos de diagnóstico de salud hasta cucharas y cortaúñas, hace que sea casi imposible ofrecer incluso atención médica básica en Corea del Norte. Máquinas agrícolas, fábricas y ambulancias, mientras tanto, están paralizados por falta de repuestos.
El financiamiento total para las actividades de la ONU y ONG en Corea del Norte ha descendido de 117,8 millones de dólares en 2012 a 17,1 millones de dólares en lo que va del año, según el Servicio de Seguimiento Financiero de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
La organización Save the Children, que proporcionó alimentos, asistencia sanitaria y ayuda en casos de desastre, se retiró en noviembre citando obstáculos operativos, al igual que el Fondo Mundial, con sede en Ginebra, que había destinado más de 105 millones de dólares desde 2010 para combatir la tuberculosis y la malaria y tuvo que finalizar sus operaciones en junio.
Si las sanciones no afectan a la ayuda humanitaria, lo cierto es que incluso los paquetes de ayuda básica se retrasan hasta un año por falta de autorización norteamericana, lo que está afectando gravemente a un país donde el 40 por ciento de la población -más de 10 millones de personas- necesitan asistencia humanitaria y cerca del 20 por ciento de los niños sufren de desnutrición, según las estimaciones de la ONU.
Sanciones y sequía
Este mes, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) dijo que Corea del Norte se enfrenta una «crisis de seguridad alimentaria en toda regla» debido a la ola de calor, reconocida por las propias autoridades del país. Esta ola de calor está afectando a las cosechas y podría incluso provocar la pérdida de vidas.
Corea del Norte ya sufrió una hambruna en los años 90, debido a una combinación de mal clima, mala administración y eliminación de subsidios al combustible. Se cree que entonces hasta tres millones de personas podrían haber muerto.
La economía de Corea del Norte se contrajo un 3,5 por ciento en 2017, la tasa más alta desde la hambruna de la década de 1990, por las sanciones internacionales y la sequía.
El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró una cumbre sin precedentes con el líder norcoreano Kim Jong Un en junio en Singapur y rápidamente declaró que el país ya no representaba una amenaza nuclear. A pesar de las palabras positivas desde Trump, los dos países han tenido problemas para ponerse de acuerdo sobre cómo poner fin a los programas de armas del Norte.
Corea del Sur, el eterno enemigo, y país con el que Corea del Norte inició un proceso de mejora de relaciones, aún no ha cumplido su promesa, hecha el año pasado, de entregar ocho millones de dólares al Programa Mundial de Alimentos y UNICEF para financiar programas de apoyo a los niños y mujeres embarazadas.