Consenso científico sobre el cambio climático: lo estamos haciendo mal

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Héctor Alonso

La ciencia del clima lo tiene claro: vamos en la dirección equivocada, según un informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en el que han participado numerosas organizaciones expertas. Sin una acción mucho más ambiciosa el impacto del cambio climático será cada vez más devastador en las infraestructuras, en la economía y en la vida de las personas. Las olas de calor de este verano, las enormes inundaciones de Pakistán o las prolongadas sequías en China, Estados Unidos, Centroamérica y África son consecuencia directa de la emisión de gases de efecto invernadero.

El informe Unidos en la ciencia muestra que las concentraciones de gases de efecto invernadero siguen aumentando hasta niveles récord. Las tasas de emisión de combustibles fósiles ahora están por encima de los niveles previos a la pandemia después de una caída temporal debido a la paralización de la actividad por el confinamiento. Según dicho informe al ritmo actual de reducción de emisiones no se cumplirán los compromisos de reducción de emisiones para 2030, en línea con el objetivo de 1,5ºC del Acuerdo de París.

Los datos demuestran que los últimos siete años han sido los más cálidos registrados. Hay un 48% de probabilidad de que, durante al menos un año en los próximos 5 años, la temperatura media anual sea temporalmente 1,5 °C más alta que el promedio de 1850-1900. A medida que aumenta el calentamiento global, no se pueden descartar “puntos de inflexión” en el sistema climático.

Las ciudades emiten el 70 por ciento de los gases

Las ciudades, que albergan a miles de millones de personas, son responsables de hasta el 70 % de las emisiones provocadas por el hombre, y se enfrentarán a impactos socioeconómicos cada vez mayores. Las poblaciones más vulnerables sufrirán más, como señala el informe, que incluye ejemplos de clima extremo en diferentes partes del mundo durante 2022.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, aseguró durante la presentación del informe, que «las inundaciones, las sequías, las olas de calor, las tormentas extremas y los incendios forestales van de mal en peor, batiendo récords con una frecuencia alarmante». Guterres recordó las olas de calor sucedidas sobre todo este año en Europa, las enormes inundaciones en Pakistán, a las que nos hemos referido en Actualidad Humanitaria; las sequías prolongadas y severas en China, el Cuerno de África y Estados Unidos. Estos acontecimientos «no son naturales», según el secretario general de la ONU, sino «el precio por la adicción a los combustibles fósiles».

En su intervención Guterres advirtió de que caminamos «hacia un territorio desconocido de destrucción» y sin embargo, cada año se duplica el consumo de combustibles fósiles.

Prevenir los efectos devastadores

La ciencia es capaz de demostrar la relación entre los eventos climáticos extremos y la acción del hombre, y que cada vez serán más frecuentes e intensos. Por esta razón la OMM ha encabezado una campaña para desarrollar los sistemas de alerta temprana ante estos acontecimientos para tratar de minimizar sus efectos, sobre todo en las poblaciones vulnerables.

La ciencia es clara: se necesitan medidas urgentes para mitigar las emisiones y adaptarse al clima cambiante, dice el informe. Incluye aportes de la OMM (y su Vigilancia de la Atmósfera Global y los Programas de Investigación Meteorológica Mundial); el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, el Programa Mundial de Investigación del Clima, el Proyecto Global de Carbono; Oficina Meteorológica del Reino Unido y la Red de Investigación del Cambio Climático Urbano.

 

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