La niña y su padre habían sido detenidos por las autoridades de inmigración el 6 de diciembre en Nuevo México.
Una niña guatemalteca de 7 años murió de deshidratada un día después de haber sido detenida por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, en el Estado de Nuevo México, según informó ayer The Washington Post.
La niña y su padre habían sido detenidos por las autoridades de inmigración el 6 de diciembre en Nuevo México como parte de un grupo de 163 personas que se acercaron a los agentes de los Estados Unidos para entregarse. Al día siguiente la niña, que permanecía detenida, comenzó a tener convulsiones y la policía avisó a los servicios de emergencia, que la midieron una temperatura superior a los 40 grados. Fue trasladada a un hospital donde murió.
Ningún responsable ha querido contestar a las demandas de información por parte de los medios. Ni la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, ni el hospital de El Paso donde fue ingresada la niña.
Las autoridades van a investigar las circunstancias en las que se ha producido la muerte, incluyendo la posibilidad de que la policía no proporcionara agua o alimentos a los detenidos. Esta tragedia ha provocado que el Jefe del Departamento de Seguridad Nacional, responsable de Aduanas y Protección de Fronteras, tenga que comparecer la próxima semana ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. El portavoz demócrata de la Cámara, Jerry Nadler, aseguró que «se van a pedir explicaciones inmediatas a esta tragedia».
La política que está siguiendo el gobierno de Donald Trump respecto de la inmigración es de «tolerancia cero», hasta el punto de que se llegó a separar a los niños de sus padres en la frontera, lo que provocó protestas en Estados Unidos y críticas de muchos países y medios de comunicación internacionales.