El ataque se produjo en una ciudad donde hay más de 30.000 refugiados y desplazados
La organización islamista Boko Haram -Estado Islámico en África Occidental-, que opera en Níger, además de en Camerún, Nigeria, Chad y Mali, atacó el pasado doce de diciembre la ciudad de Tourmour, en el sureste de Níger, donde viven más de 30.000 refugiados y desplazados. El ataque se saldó con la muerte de 28 personas y centenares de heridos, todos acogidos en instalaciones de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
Este ataque ha demostrado la vulnerabilidad de los desplazados y refugiados que viven en la zona, y ha provocado la alarma de ACNUR.
El asalto duró cuatro horas, y fue reivindicado por Boko Haram, que incendió casi dos tercios de las viviendas del pueblo y mató más de mil cabezas de ganado. La mayor parte de la población logró huir a los montes cercanos. Toumour está a 14 kilómetros de la frontera con Nigeria y allí viven más de 20.000 refugiados de ese país y 8.300 desplazados internos, además de 3.600 repatriados -refugiados que habían huido a otro país y habían regresado-.
ACNUR y otras organizaciones están colaborando con las autoridades locales para proporcionar asistencia a la población, incluyendo refugios de emergencia, alimentos, agua y medicinas, con la dificultad añadida de las recientes inundaciones, que complican el trabajo.
La violencia en aumento en la cuenca del lago Chad ha provocado la huida durante este año de cientos de miles de personas. En los primeros nueve meses se han contabilizado más de 450 actos de violencia contra la población, incluyendo ejecuciones, violaciones y secuestros. En la zona hay más de 265.000 personas desplazadas, de ellas 130.000 son refugiados nigerianos. La pandemia de COVID-19 está complicando, asimismo, la ayuda y pone en peligro la vida de los desplazados, que viven en lugares donde no es posible mantener la distancia social o medidas mínimas de higiene.
ACNUR ha puesto de manifiesto la generosidad de Níger que, a pesar de las dificultades, está acogiendo a refugiados de otros países. Por ello ACNUR ha solicitado un mayor apoyo financiero para este país.
Hasta el momento solo se ha obtenido la mitad de los 126,3 millones de dólares necesarios para atender a la población desplazada y refugiada en la región, cuya inestabilidad se ha convertido en uno de los principales problemas de África Occidental.