El gobierno australiano sufre una derrota y la cámara baja aprueba la ley que permitirá que los solicitantes de asilo reciban atención médica en su territorio
Héctor Alonso
Finalmente el gobierno australiano ha sido derrotado a pesar de sus esfuerzos para impedir la aprobación de una ley que permitirá que los solicitantes de asilo reciban atención médica en territorio australiano. Se trata de la primera vez que un gobierno de ese país pierde una votación en de este tipo en 68 años. Es una medida histórica que pone fin al vergonzoso trato que Australia estaba dando a los solicitantes de asilo en su país, confinados en dos islas pertenecientes a terceros países, Papúa Nueva Guinea y Nauru, donde Australia confinaba a las personas que trataban de buscar refugio en el país.
La votación fue ajustadísima: 75 votos a favor frente a 74 votos en contra, una votación en la que el gobierno perdió el apoyo de algunos socios de gobierno, que se unieron al partido Laborista en la oposición. Esta derrota supone un serio revés para el gobierno, que ya había perdido la mayoría en la cámara baja tras unas elecciones parciales y se enfrenta a unas elecciones en mayo.
La medida beneficiará a los 1.000 solicitantes de asilo que permanecen confinados (algunos más de cinco años) en las islas de Manus (Papúa Nueva Guinea) y Nauru y cuya existencia ha sido criticada en numerosas ocasiones por ACNUR y Naciones Unidas.
El miembro más conocido de esos solicitantes de asilo, el periodista y escritor kurdo Behrouz Boochani, reciente ganador del premio más importante de las letras australianas por un libro en el que cuenta su experiencia, y que lleva más de cinco años en Manus, ya ha expresado su satisfacción en las redes sociales. «Me alegro de que el parlamento australiano haya votado finalmente por humanidad». En las horas previas a la votación había asegurado que el parlamento australiano «tiene que tomar una decisión. Elegir entre el humanitarismo y el respeto a los derechos humanos, y la crueldad y la barbarie». Boochani les recordó también a los parlamentarios que muchas de las personas que recibirán tratamiento médico en Australia, están enfermos precisamente por su situación legal.
El resultado de la votación fue recibido con gritos de alegría y aplausos por los miembros de las organizaciones humanitarias que seguían el proceso desde la zona pública del parlamento. Ahora el siguiente paso será que este proyecto de ley sea ratificado por la cámara alta.
El primer ministro Morrison se había opuesto rotundamente al proyecto de ley, diciendo que la atención disponible en los campos de detención era adecuada y que esta ley podría abrir una brecha que sería aprovechada por los solicitantes de asilo. Naciones Unidas, sin embargo, no era de la misma opinión respecto de la atención médica y de salud mental que reciben los solicitantes de asilo en los campamentos en los que viven confinados. Para la ONU ni la atención médica ni los recursos de salud mental eran los adecuados.