La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha denunciado «atrocidades» cometidas por grupos armados contra la población civil en el este de la República Democrática del Congo (RDC), según un informe presentado en Ginebra por Babar Baloch, portavoz de ACNUR.
Según este informe, hay una estrategia sistemática para «infundir terror» a los civiles basada en la violencia. Solo en 2020 fueron asesinadas más de 2.000 personas en las tres provincias orientales del país (1.240 en Ituri, 590 en Kivu Norte y 261 en Kivu Sur). En lo que va de año los secuestros se han multiplicado, así como los asesinatos, en Kivu Norte, también contra personas desplazadas.
En los últimos días un grupo armado ha asesinado a dos hombres y herido a otros seis en un asentamiento de desplazados en Kivu Norte, y otro grupo armado ha secuestrado a otras tres personas en una zona protegida por ACNUR. También han impuesto un toque de queda y obligan a la población civil a «pagar» por su seguridad. En esa zona viven más de 88.000 desplazados por la violencia, apoyados por ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Muchas de las zonas que sufren violencia, la sufren de diversos grupos armados, en ocasiones enfrentados entre sí, por lo que los civiles están atrapados entre múltiples fuegos cruzados y son las principales víctimas de los enfrentamientos.
Hay zonas donde se ha obligado a las comunidades a cerrar las escuelas y donde se han atacado los centros de salud, como en Mweso. También se cobran peajes en los caminos y carreteras, que muchos campesinos no pueden pagar, por lo que no pueden acudir a sus campos de cultivo ni vender sus productos.
Más de cinco millones de personas han sido desarraigadas por la inseguridad y la violencia en la RDC en los últimos dos años, con casi dos millones desplazados solo en la provincia de Kivu Norte, según estimaciones de la ONU. Los esfuerzos del ACNUR para ayudar a los desplazados internos se enfrentan a graves déficits de financiación. Hasta ahora, sólo se ha financiado el seis por ciento de los 195 millones de dólares que ACNUR necesita para llevar a cabo los programas básicos en la zona.