Una oportunidad perdida

La Fundación Premio Princesa de Asturias acaba de perder la oportunidad de premiar a quienes en estos dos o tres convulsos últimos años han trabajado de verdad para difundir los valores de la libertad, los derechos humanos y la solidaridad. Se me ocurren decenas de personas y organizaciones que merecerían el Princesa de Asturias de la Concordia. Sin embargo, la ocurrencia del jurado del Premio ha sido concedérselo a la Unión Europea. A la Unión Europea… Es un chiste macabro, casi un insulto. Le han concedido el premio por «sus valores»… Una Unión Europea que deja morir a los migrantes en el Mediterráneo, que habla de expulsiones de refugiados, que firma Tratados vergonzosos con Turquía, que pisotea los derechos que dice defender… Una Europa en la que crece la xenofobia y el racismo, egoista y ensimismada. Ya lo he dicho en otras ocasiones y en otros artículos: esta no es la Europa que nos gusta. No es la Europa con la que soñamos cuando en España no había democracia. No es una Europa justa y solidaria. Es una Europa que no se merece un Premio por lo que no está haciendo.